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Reportaje:Eurocopa 2004 | La violencia y la edad, dos problemas diferentes

Lisboa se blinda ante los 'hooligans'

Unos 30.000 aficionados ingleses estarán hoy presentes en la capital lusa

La Eurocopa 2004 llega hoy a Lisboa y, con ella, más de 30.000 aficionados ingleses que son el centro de todas las atenciones de las autoridades portugueses, temerosas ante lo que pueda ocurrir. Los británicos están advertidos por la UEFA: si causan incidentes, la selección inglesa será excluida de la competición. Pero nadie parece fiarse de los hooligans y la policía portuguesa, en colaboración con fuerzas de seguridad de Londres, mantienen, y mantendrán especialmente hoy, bajo un control apretadísimo a los aficionados de la selección inglesa que acudan a Lisboa. Porque esta tarde, el estadio del Benfica recibe el Francia-Inglaterra, un partido de riesgo máximo, según el Comité Coordinador de la Seguridad de la Eurocopa 2004, por la eterna rivalidad entre los dos equipos.

Agentes británicos han llegado para ayudar a los 2.000 policías que vigilarán el encuentro
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Algunos miles de británicos se pasean desde el jueves por las calles del casco antiguo de Lisboa y por las terrazas ubicadas a orillas del Tajo. Franceses hay todavía pocos o, por lo menos, son más discretos. Los ingleses llevan puestas las camisetas de su selección, toman cerveza sin parar y cantan ruidosamente. La temperatura en la capital lusa se ha mantenido estos días por encima de los 30 grados, algo que, para las autoridades portuguesas, es una preocupación añadida, porque los británicos no han parado de beber desde que han tocado suelo portugués: el viernes, la cerveza en el aeropuerto de Lisboa se agotó tras la llegada de los primeros vuelos charter pocedentes de Londres.

Hasta ahora, los temidos hholigans se han comportado bastante bien, con la excepción de un grupo que cantó lemas racistas en las calles del casco antiguo de Lisboa. "Serán castigados en casa", aseguró uno de los 22 agentes británicos enviados a Portugal para ayudar a las autoridades lusas a controlar de cerca a la afición de las islas.

Pero la gran mayoría de los aficionados ingleses y franceses aterrizarán hoy en Lisboa. El aeropuerto de la ciudad portuguesa registrará el doble de los vuelos normales (547) y se estima que unas 7.000 personas puedan llegar, a cada hora, al aeropuerto.

Más que vigilar a los británicos, las autoridades quieren, sobre todo, evitar encuentros entre las dos aficiones. Por eso, los dos grupos serán separados por policías nada más llegar al aeropuerto internacional de Lisboa y encaminados hacia el estadio de la Luz. Al final del partido serán de nuevo conducidos hacia el aeropuerto por fuerzas de seguridad. Muchos británicos y franceses estarán en Lisboa sólo para el partido de hoy, el más solicitado en las taquillas después de la final. Más de 2.000 policías estarán hoy vigilando Lisboa y las cercanías del estadio. Dentro del recinto, la seguridad fue encargada a más de 100 agentes privados, pero un cuerpo de intervención especial de la policía podrá entrar en el estadio en pocos minutos, caso de que sea necesario. Agentes de paisano estarán, sin embargo, entre los hinchas.

Pero la preparación para recibir a los hinchas ingleses empezó hace varios meses, con la firma de un acuerdo entre los gobiernos inglés y portugués. Además de enviar a Portugal policías, las autoridades británicas incautaron los pasaportes a más de 2.100 hooligans, que protagonizaron escenas de violencia en la Eurocopa 2000, que se disputó en Bélgica y Holanda, para impedirles viajar a Portugal. Aún así, la policía lusa reveló ayer que en los últimos días varias personas de esa lista intentaron cruzar, en coche, la frontera entre Portugal y España.

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