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Reportaje:Eurocopa 2004 | El regreso, 22 años después, del gran duelo clásico

Los inventores contra sus maestros

A Inglaterra le sobra su terco historial de fracasos mientras que a Francia no le falta nada

Santiago Segurola

Los ingleses inventaron el fútbol, pero los franceses les adiestran desde hace algún tiempo en el arte del juego, que es cosa más sutil de lo que creían los británicos. El aroma de la Premiership presidirá, por tanto, el duelo de hoy, en Lisboa, donde Francia comenzará la defensa del título que conquistó hace cuatro años. Se mide con Inglaterra y su leyenda. Han pasado 38 años desde que los ingleses ganaron la Copa del Mundo, el único gran torneo que han conquistado, y las frustraciones han sido numerosas desde entonces. Sin embargo, existe una especie de romanticismo incurable alrededor del mito de Inglaterra y su selección, quizá porque el mundo siempre se siente en deuda con el país que inventó el juego del siglo XX y probablemente el del XXI.

Ningún país se ha sentido más fascinado que el británico por el éxito de la escuela francesa
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Francia es favorita, pero no viene avalada por la historia. Nunca ha derrotado a Inglaterra en un gran torneo. También es cierto que la espectacular progresión del fútbol francés se ha producido en los últimos 20 años. En este periodo nunca se han enfrentado las dos selecciones. La última referencia hay que encontrarla en un infernal día del verano del 82, en el viejo San Mamés. Allí, en la primera fase del Mundial, Inglaterra se aprovechó de un gol de Brian Robson en el primer minuto del partido para batir a Francia. En aquel torneo, Francia comenzó su espectacular ascenso a la cima del fútbol, coronada en 1998 con la conquista del Mundial y en 2000 con la de la Eurocopa.

Ningún país se ha sentido más fascinado que Inglaterra por el éxito de la escuela francesa. Su influencia en la Premiership es abrumadora. Ayuda el peso de Arsène Wenger en el arrollador Arsenal de los últimos años y el papel que desempeñan futbolistas como Henry, Vieira o Pires, brillantes representantes de una generación completatada por Saha (Manchester United) o Desailly y Gallas (Chelsea). Inglaterra ha decidido afrancesarse para salir de la rigidez que presidió su juego en los años setenta y ochenta. Buenos jugadores no le faltan, algunos de indudable clase, unos cuantos alejados del tópico británico. Es quizá la falta de definición, de señas de identidad, lo que ahora perjudica a la selección inglesa, dirigida por un sueco (Sven Goran Eriksson), deudora de la influencia francesa y representada por jugadores que no terminan de mezclar bien.

La astucia de Scholes, quizá su mejor futbolista y el peor valorado en su país, se añade al buen toque de Beckham en la banda derecha, al impulso de Lampard en el medio campo, al poderío de Gerrard y al instinto goleador de Owen. Es el prometedor anuncio de un equipo que, sin embargo, no acaba de funcionar. No hay un trazo definido de juego, mediatizado por la obsesión esquemática de su seleccionador y las primitivas tendencias de algunos de sus defensas, todavía instalados en lo más rudimentario del fútbol inglés. Hay demasiados elementos dispersos en el equipo y se nota en los resultados. A Inglaterra le cuesta ganar partidos. A Francia, mucho menos.

Los franceses están a punto de despedir a su gran generación, la que ganó el Mundial del 98 y la Eurocopa del 2000. De aquellos equipos quedan Zidane, Desailly, Lizarazu, Pires, Thuram, Barthez, Vieira, Trezeguet y Wiltord. Es evidente que varios de ellos han comenzado el declive de sus formidables carreras. Hoy comenzará a saberse si estamos ante una selección envejecida. Que llega hambrienta de éxito ya se sabe. Su fracaso en el último Mundial produjo conmoción en el fútbol. Era el equipo favorito y se estrelló en la primera ronda del torneo. En Portugal tiene un desafío apasionante. De nuevo, el equipo francés parece destinado a protagonizar el campeonato. Tiene ideas, experiencia, clase, poderío atlético y velocidad. Además, tiene a Henry, el jugador del año. A Francia no le falta nada. A Inglaterra le sobra su terco historial de fracasos en las grandes competiciones. Al fondo, un duelo clásico del fútbol.

Zidane inicia un <i>sprint</i> en una sesión preparatoria.
Zidane inicia un sprint en una sesión preparatoria.ASSOCIATED PRESS

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