Diez playas deslumbrantes

1 De ría

AREAS DE BON (BUEU, PONTEVEDRA)

En Bon, las aguas límpidas se funden con un entorno pedregoso plagado de eucaliptos. Emplazada en la zona norte de la ría de Aldán, nada resulta más llamativo que buscarla a primera hora, cuando la recoleta concha se presenta solitaria y la arena tostada delata la impronta de las gaviotas. No es extraño sorprender pescadores impulsando sus chalanas tierra adentro, al tiempo que algún pescador de pulpos merodea entre las rocas. Una calita se abre en su vertiente norte. Con marea baja el desnivel de entrada al agua es acusado.

- Acceso: a tres kilómetros de Bueu se alcanza Beluso, donde un cartel avisa de la playa.

2 Paseando con dunas

XAGÓ (GOZÓN, ASTURIAS)

Su ubicación, influenciada por la ría de Avilés, no presagia aguas diáfanas. Poco importa, pues Xagó hace de los verdes cordones dunares -eólicos y sedimentarios producto de los aportes del Nalón- un rasgo morfológico definitorio. Las montañas en miniatura fijadas delante de la zona húmeda acompañan durante el paseo por 1,7 kilómetros. Parapentistas, naturistas y surfistas la quieren a rabiar. "Cuando faltan olas en Xagó", asevera un jinete marino, "mejor no buscarlas en Asturias".

- Acceso: salida de Avilés hacia Luanco, y, tras cruzar el puente, girar hacia el faro de San Juan de Nieva; y, poco antes, hacia Xagó.

3 Para amantes de la naturaleza

LA ARENA (ARNUERO, CANTABRIA)

Es uno de los ojitos derechos de la Trasmiera, la península que abraza la bahía de Santander y Santoña. El cabo de Ajo ocupa uno de los laterales y se articula en dos sectores. El que se abre al Cantábrico, más familiar y turístico, está partido en dos por un curioso islote. El de la ría de Castellanos, con preciosas dunas ricas en vegetación, congrega a la parroquia naturista en un maravilloso escenario sin edificaciones a la vista. Durante el reflujo mareal hay que desconfiar de las corrientes que recorren la ría.

- Acceso: de la pedanía de Isla al aparcamiento de la playa median 1,5 kilómetros.

4 Urbana

LA MAR MENUDA

(TOSSA DE MAR, GIRONA)

Con mayor delectación incluso que desde la playa Grande, la Mar Menuda permite saborear relajadamente la bahía, el cabo de Tossa y el recinto medieval amurallado reforzado con torres cilíndricas. La caleta está muy resguardada de los temporales y un pino imposible corona una de sus peñas. A este rincón se accede a pie, y en él se dan cita un recomendable hotel familiar, un centro de submarinismo, y se alquilan canoas, hidropatines, hamacas y sombrillas.

- Acceso: si no se encuentra aparcamiento en la avenida de Sant Raimon de Peñafort o en la calle Mar Menuda, se puede aparcar en el aparcamiento de Platja Gran.

5 Patrimonio infantil

ES GRAU (MAÓ/MAHÓN, MENORCA)

A la graciosa caleta de la pedanía de Es Grau acuden, en algún u otro momento, casi todas las familias menorquinas. Goza, con casi 40 metros, de la placidez y medidas de una piscina infantil, sólo que con salida al Mediterráneo y en un marco pintado con todos los azules del único parque natural de Menorca: s'Albufera des Grau. El canal de desagüe del sector palustre comunica con la playa, y no es rara la esbelta silueta de las zancudas. El aparcamiento es sencillo y es posible alquilar hidropatines, kayaks y barquitos de vela.

- Salida de Maó/Mahón hacia Fornells, y, enseguida, tomar el desvío a mano derecha.

6 Activísima

PLAYA DEL CASTILLICO (SAN JAVIER, MURCIA)

Tarifa no gusta de neófitos: "Para aprender windsurf... al mar Menor", suele escucharse. Y es que las posibilidades de la laguna murciana no conocen fin: seis meses al año el agua alcanza más de 20 grados. Nada de corrientes traicioneras ni profundidades; y, por si fuera poco, toda la costa la ocupa una estación náutica (www.enmarmenor.net). La del Castillico es un compendio de virtudes marmenorenses. Dispone de una escuela donde practicar vela ligera, de crucero, windsurf y catamarán. Aviso para sedentarios: hay pinada con zona de juegos infantiles.

- Acceso: en Santiago de la Ribera, tirar unos dos kilómetros hacia Lo Pagán.

7 Aires naturistas

PLAYA DE LEVANTE (EL PUERTO DE SANTA MARÍA, CÁDIZ)

En la península de los Toruños, sita en el parque natural Bahía de Cádiz, se ha elevado a rango oficial lo que era costumbre inveterada: liberar tabúes. En pocas ocasiones es tan brusco el cambio de un arenal urbanizado -Valdelagrana- a una playa virgen, salvaje. Naturista. Crían en este llano, con dunas y sin obstáculos visuales, chorlitejos, charranes y perdices, y, en el caño, una tumultuosa nación de cangrejos de cotizadas pinzas. Momento estival de singular relieve es la caída del sol sobre Rota.

- Acceso: tomar el primer desvío a Valdelagrana antes de llegar a El Puerto de Santa María. Bordear la costa a pie 1,7 kilómetros.

8 La cala-varadero

PORT DES CANONGES

(BANYALBUFAR, MALLORCA)

Puertos y zonas de baño son como agua y aceite. Ahora bien, si se trata de una rada de scars (varaderos) repleta de taludes deslizándose al mar por escalas de madera de pino, eso ya es otro cantar. La sierra mallorquina de Tramontana apenas deja espacios para bañarse, y descender en coche resulta para muchos enojoso. Pero conviene superar tal contingencia. La caleta es, claro, de piedrecillas y desde ella se atisba la roca Sa Foradada.

- Acceso: salir de Esporles hacia la costa y girar, en el desvío, a Banyalbufar. A unos 500 metros está la bajada, de cuatro kilómetros.

9 Para buceadores

LA BARRACA (XÀBIA/JÁVEA, ALICANTE)

Esta bahía es un prólogo inmejorable para presentar las excelencias del acantilado entre los cabos de La Nao y San Antonio. Dotada de resabios marineros, La Barraca, algo descuidada, tiene sobrada fama entre los buceadores por la luminosidad transparente de sus aguas. La playa despierta cuando lo hace Juan Dacosta, responsable del centro de buceo Tritón, quien recomienda calzar siempre cangrejeras. Con buen tiempo se puede ganar a nado la isla del Portitxol.

- Acceso: a 8 kilómetros de Xàbia/Jávea en dirección al cabo de La Nao aparece el desvío a mano izquierda.

10 Con frente panorámico

FAMARA (TEGUISE, LANZAROTE)

El componente visual desempeña un papel decisivo en este soberbio playazo destapado al Atlántico, de arena dorada y callao (piedra redondeada). ¿Cómo entenderlo sino como un observatorio privilegiado del mítico risco de Famara, de las peñas del Chache y del archipiélago Chinijo? Famara manifiesta por sus condiciones, pese a sus aguas frías, una acusada vertiente deportiva. Surfistas en fase de aprendizaje la encuentran óptima, mientras las paredes verticales del acantilado parecen llamar a gritos a pájaros humanos. La bandera roja flamea perennemente.

- Acceso: a 12 kilómetros de Teguise, entre la Caleta y el risco de Famara.