Experiencia sin éxito

"La antigua Grecia tuvo 12 dioses; la moderna tiene 11". Grecia se pasea por Portugal con esta leyenda épica, inscrita en griego y en inglés, en el autobús. Es una manera más de enterrar la condición de perdedora que la acompaña en todos los grandes torneos, en los que todavía no ha ganado ni un solo partido: empató ante Alemania en la Eurocopa de 1980 y perdió sus tres encuentros en el Mundial 94, sin marcar ni un mísero gol.

Un periódico Bild, el más popular de Alemania, estaba tirado el lunes pasado en el primer asiento del autobús de la selección helena. Delataba la nacionalidad de su seleccionador, Otto Rehhagel, un tipo pequeño y cuadrado de 65 años que imprime carácter. Al frente del Werder Bremen ganó la Recopa de Europa (1992) y dos Ligas (1988 y 1993), además de otra Bundesliga con el Kaiserlautern (1998). De ahí que Grecia le tenga tanta fe. Y esté convencida de que con él esta vez será diferente. Por dos argumentos que considera de peso. Uno, la capacidad para motivar de Rehhagel, que ha subido la autoestima de sus jugadores bajo una máxima que les ha repetido hasta la saciedad a través de su traductor, pues apenas conoce unas palabras en griego: 'Mirad a los ojos de los rivales y os daréis cuenta de que son iguales que nosotros'. Y el otro es la experiencia internacional de los futbolistas griegos al integrarse en algunas de las mejores ligas europeas en los últimos años.

Rehhagel: "Somos unos 'outsiders', mis futbolistas nunca han estado en un torneo así"

Nada que objetar a las habilidades psicológicas de Rehhagel. Sin embargo, la experiencia en el extranjero de los helenos se ha visto limitada por su escaso éxito. Ninguno ha triunfado con rotundidad y sólo algunos han jugado con asiduidad. Son ocho los que juegan en clubes foráneos: el lateral zurdo Fyssas (Benfica), los centrales Dellas (Roma) y Dabizas (Leicester), los medioss Giannakopoulus (Bolton) y Karagounis (Inter), y los delanteros Nikolaidis (Atlético), Charisteas (Werder Bremen) y Vryzas (Fiorentina, en la Serie B).

Y sí, Fyssas, de 31 años, ha hecho una buena temporada en el Benfica, donde llegó del Panathinaikos como una insistente apuesta del actual técnico del Madrid, José Antonio Camacho, ex del club lisboeta. Y, en efecto, los benfiquistas, que son muchos en Oporto, coreaban el nombre de Fyssas a la salida del entrenamiento, el pasado lunes. Tampoco ha sido mala la campaña de Nikolaidis, de 31 años, en el Atlético. Pero no excelente. Y mucho menos en los otros seis, que apenas han intervenido con sus equipos. Charisteas, por ejemplo, ganó la Bundesliga, pero se pasó todo el año a la sombra del brasileño Ailton. Y a Karagounis, un centrocampista de talento del que se espera mucho, apenas se le ha visto en el Inter. No es de extrañar, por tanto, que Rehhagel afirme: "Somos unos outsiders. Ninguno de mis jugadores ha estado en una competición como ésta".

Claro que el lateral derecho Seitaridis, de 23 años, está a punto de fichar por el Oporto, y se le augura un gran futuro: es veloz y tiene criterio. Asimismo, Tsartas dejó un buen sabor en el Sevilla antes de regresar al AEK de Atenas y convertirse en el líder de la selección. Bueno, un liderazgo compartido con el atlético Nikolaidis. Compartido casi a bofetadas, pues no se hablan desde que Nikolaidis advirtió de su intención de comprar el AEK y de rebajarle el sueldo a las estrellas, con Tsartas a la cabeza.