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Eurocopa 2004 | El partido inaugural

Deco, víctima del vestuario

Scolari deja al media punta en el banquillo para evitar el enfado de Figo y Rui Costa

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Víctima del vestuario, el Mago Deco comenzará la Eurocopa en el banquillo. No es que no haya hecho méritos para ser titular: fue el mejor jugador de la pasada Liga de Campeones, que conquistó con el Oporto. Pero el seleccionador, Luiz Felipe Scolari, no quiere romper el equilibrio de egos de su equipo esta tarde en el debú de la anfitriona ante Grecia. Evita que se enfaden Rui Costa y Figo. Pretende tener de su lado a dos de los pesos pesados de Portugal en los últimos 10 años. Los necesita para ganar el torneo, del mismo modo que necesitó a las estrellas brasileñas para proclamarse campeón del mundo en Corea y Japón 2002. Por lo mismo, Scolari dejará hoy sentado a Carvalho, uno de los centrales más en forma de Europa, en beneficio de Couto, verdadero jefe del camerino portugués.

Ven en él a un intruso, un brasileño que se coló de rondón tras nacionalizarse en 2003
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Figo y Rui Costa ven en Deco a un intruso. Un brasileño que se coló de rondón en la selección después de haberse nacionalizado portugués en 2003. Un cuerpo extraño que llegó a la cima de repente, sin el largo tránsito que ellos llevaron desde la triunfal época de juveniles. "Yo he vivido la formación y sé lo que me ha costado llegar. Son opciones que desvirtúan el espíritu de la selección y no estoy de acuerdo", dijo Figo en una reciente entrevista con EL PAÍS que un periodista portugués le recordó ayer. A lo que respondió: "Mi opinión no cambia de un año para otro. Y no cambiará dentro de dos años". En la misma línea está Rui Costa, el media punta del Milan, de 32 años, oscurecido este curso por la irrupción de Kaká. "Lo bonito de esta selección", ha dicho Rui Costa, "es que hay dos generaciones que conviven muy bien: por una parte somos Figo, Couto, Pauleta y yo; y, por otra, los jóvenes que están creciendo y aprendiendo". Ni rastro de Deco. Compiten por el mismo puesto porque Scolari apuesta por dos medios defensivos (Costinha y Maniche), dos extremos (Figo y Simão) y un media punta que enganche con el delantero Pauleta. O Deco o Rui Costa. El entrenador prevé dar paso a Deco a medida que avance el campeonato. A punto de cumplir 27 años, no deja de ser un recién llegado a la seleçao. Debutó precisamente ante su país de origen y marcó el gol decisivo en la primera victoria lusa sobre la canarinha desde el Mundial del 66. Ha sido 11 veces internacional y, aunque su temperamento es muy fuerte, ha preferido mantenerse en silencio porque sabe que la situación es compleja.

Llegó a Portugal con 19 años procedente de un Segunda brasileño, el Corinthians Alaboano. Lo descubrió el Benfica. Lo cedió a su filial, el Alverca, pero dejó cabos sueltos en el contrato, y se aprovechó el Salgueiro, un pequeño club de Oporto, para ficharlo. Detrás estaba el Oporto de verdad, que lo incorporó poco después por una cantidad mínima. Allí encontró a Mourinho y el resto ya se conoce: dos veces campeón de Liga, una de la Copa de la UEFA, otra de la Liga de Campeones... Excelente lanzador de faltas, fue bautizado como el acelerador de partículas, por su capacidad para revolucionar los partidos. Fue el toque de fantasía que le añadió Mourinho a su conjunto de acero. Ahora el Oporto está a punto de cerrar su negocio redondo vendiéndolo por 20 millones al Chelsea.

Es una incógnita cómo recibirá el público de Oporto esta tarde a Scolari. Más que por las suplencias de Deco y Carvalho, está que trina por la ausencia de su portero Vítor Baía. La decisión de Scolari sigue abierta a interpretaciones. Una apunta a que alguien le contó que Baía y Figo envenenaban el ambiente del equipo. Y ya se sabe que para el entrenador brasileño lo principal es la unión del grupo: las leyes del vestuario.

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