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Entrevista:RAFAEL MARÍN | Escritor | Signos

"Toda novela es de misterio porque hay que enganchar al lector para que siga leyendo"

Torre, boxeador retirado, podría ser a Cádiz lo que Maigret a París, Carvalho a Barcelona o Montalbano a Agrigento. Un detective, eso sí accidental, que deberá investigar la muerte de su mentor Pepito Fiestas en la sofocante noche de barbacoas del Trofeo Carranza. Tal es el argumento de Detective sin licencia, premio de novela Rodrigo Rubio, editado por la Diputación de Albacete. Su autor, Rafael Marín (Cádiz, 1959) es una celebridad en el ámbito de la literatura fantástica en español: Lágrimas de luz, Mundo de dioses, El muchacho inca, Contra el tiempo, la trilogía La leyenda del navegante o los relatos contenidos en Unicornios sin cabeza y Ozymandias, pusieron su nombre en la lista de los imprescindibles del género. Autor de un ensayo sobre los cómics Marvel, trabaja también como guionista para este sello en la serie Fantastic Four junto al dibujante Carlos Pacheco, al tiempo que dirige la revista Yellow Kid de estudios sobre la historieta.

Sin embargo, Marín lleva no poco tiempo luchando por desencasillarse de universos desconocidos y criaturas improbables. Dio su primer aviso en relatos dispersos aparecidos en revistas, y más tarde en el volumen La sed de las panteras, que vio la luz en la colección Calembé. Ahora, Torre y Pepito Fiestas vienen a revelar su condición de hábil creador de intrigas y ácido observador de la realidad local.

Pregunta. Pepito Fiestas y Torre, los protagonistas, nacieron en unos relatos suyos. ¿Cómo fue su salto a la novela?

Respuesta. Todo ocurrió de una manera un poco tonta. Escribí el cuento Con la memoria partida y me gustaron los personajes. Luego vino Como lágrimas en la lluvia, y de un día para otro, casi sin planteármelo, estaba escribiendo la novela. Al principio estos dos relatos estaban integrados en ella, pero retrasaban mucho el ritmo y preferí suprimirlos.

P. ¿Qué atractivo especial encontró en esos personajes?

R. No fue tanto por ellos, como por ese lenguaje escrito en gaditano, esa forma oral que admite muchas florituras lingüísticas, que yo llamo estilo ida de olla. Me resultaba también muy atractiva la idea de una novela sin diálogos. Eso aparte de las peculiaridades de la gente de aquí, ya que un 90% de las anécdotas que cuento son verdad. Pones la batidora en marcha, lo mezclas todo y le das forma.

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P. Sus personajes saltan de género, pero usted también: de las fantasías galácticas a un Cádiz de detectives amateur.

R. No creo en los géneros. A mí me colocaron el sambenito de lo fantástico, pero yo he hecho siempre mezcla de razas y de estilos. Y siempre digo que Cádiz es una ciudad con 3.000 años de Historia, pero también con 3.000 años de leyendas. Me gusta contar cosas de aquí como si fueran marcianas, porque a veces no te las crees por muy reales que sean. A menudo me preguntan: "¿pero esos personajes existen?", y yo les digo: "cuando quieras te los enseño". El fantástico es un prisma que se puede aplicar a muchas historias.

P. ¿Cree, con algunos teóricos de la literatura, que todo puede ser contado a través del modelo policiaco?

R. Creo que sí. En el fondo, toda novela es una novela de misterio porque hay que enganchar al lector para que siga leyendo. En el fondo no hay tanta diferencia entre una novela policiaca, una histórica o una de ciencia-ficción. Si te impulsa a seguir leyendo, bienvenida sea. Por eso lo policiaco es el género en bruto, lo más interesante de la obra es siempre el ambiente.

P. Su faena como guionista de cómics, ¿le presta recursos para la narrativa?

R. No, son dos trabajos completamente diferentes. Más que complementarse, se tiran bocados. Para escribir un guión no te puedes enrollar, te desnudas de recursos. Hay muchos imponderables que no controlas, y nunca sabes cómo va a salir el producto. Perteneces a una cadena de montaje, y en ella eres el último mono. Como en aquel diálogo de Shakespeare in love en el que uno pregunta: "¿Quién es ése?", y otro responde: "nadie, el autor".

P. ¿Habrá más entregas del detective-boxeador Torre?

R. Sí, acabo de terminar una segunda novela. Y también estoy con un relato que vira un poquito a lo fantástico. Sigo mezclando influencias y divirtiéndome con ello.

P. ¿Es ése el último objetivo, divertirse y divertir?

R. Digamos que el objetivo es más bien ser fiel a tu entorno, testigo de lo que has visto. Si después ríes, o lloras, mejor que mejor. Pero se trata de ejercer como cronista surrealista. Simplemente, mirar a tu alrededor y contarlo.

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