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FÓRUM DE BARCELONA | Actividades

El hijo de Castro arremete contra los países que exportan contaminación

El catedrático cubano reclama nuevos modelos de crecimiento

Lluís Pellicer

"No es ético ni justo que los países industrializados exporten tecnologías y energías no renovables a los países del sur y que luego les acusen de ser contaminantes". Así de rotundo se mostró el catedrático de física nuclear Fidel Castro Díaz-Balart -quien también asesora a su padre, el presidente cubano, Fidel Castro, en cuestiones científicas- en la conferencia del Fórum ¿La sostenibilidad se entiende igual en el norte que en el sur?

Castro denunció que, pese a los esfuerzos de algunos Estados, la mayoría de los países del hemisferio norte no cumplen los objetivos marcados en las cumbres medioambientales de las Naciones Unidas y reclamó la libertad de las sociedades en desarrollo de llevar a cabo su propio modelo de crecimiento.

Castro llegó ayer al Fórum con una amplia lista de cifras y porcentajes para demostrar los agravios científicos y tecnológicos que sufren los países empobrecidos. Su tesis principal es que no hay recetas universales para el desarrollo y que la imitación de los modelos que han seguido los Estados del norte puede llevar a un mundo más insostenible. Las tres cuartas partes de la energía producida en el planeta son de origen fósil, sostuvo, y lo más preocupante es que economías emergentes, como la de China y Brasil, crecen usando de forma intensiva estos recursos.

Ante esta situación, ¿cuál es la reacción de los países industrializados? Castro lo tiene claro: acusar al Tercer Mundo de crecer sin control ambiental. "El desarrollo sostenible debe ser un asunto esencial en la agenda global, pero no se pueden exigir explicaciones a países como Brasil, China o la India por los errores que la humanidad ha cometido tras la Revolución Industrial. La solución no es decir a los países que aún no se han podido desarrollar que no lo hagan o que no consuman energía, sino que todos los Estados cumplan los acuerdos de Río de Janeiro, Kioto y Johanesburgo", advirtió Castro.

El científico cubano recordó que son los países más ricos los que más residuos contaminantes producen. A modo de ejemplo, apuntó que a las regiones pudientes corresponde el 80% del consumo de energía, el 86% del producto interior bruto, el 82% del mercado, el 71% del comercio y el 95% del uso de Internet.

Puesto que son estos países los que controlan la economía mundial, Castro también dudó de las ventajas que reportará el crecimiento sostenible a los menos favorecidos. "Estoy convencido de que cuando haya nuevas fuentes de energía renovables sólo se desarrollarán y se beneficiarán de ellas los países del Primer Mundo", terció. El recelo viene dado sobre todo porque Castro considera que el desarrollo no sólo puede medirse en términos de incrementos en los indicadores económicos, sino también en los sociales, de modo que los índices que deben tomarse en consideración son los de desarrollo humano. Y éstos pintan una inmensa brecha abierta por unos altísimos índices de analfabetismo en la mayor parte del mundo mientras que el resto del planeta sigue avanzando en el conocimiento tecnológico y digital. A todo ello se suma, agregó Castro, una fuga de cerebros hacia Europa y Estados Unidos.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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