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Columna
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Muertos vivientes

El pasado martes el presidente de la patronal almeriense (Asempal) publicó un artículo en La voz de Almería para explicar por qué la organización que preside ha cambiado de idea y ya no apoya el trasvase del Ebro. La omertá había sido violada y la reacción no se hizo esperar: el viernes Hernando, diputado popular, acusaba a Asempal de haber recibido "pequeñitas subvenciones" a cambio de variar su postura sobre el trasvase del Ebro, y advertía a los empresarios que serán objeto de "denuncia política". Tachán, tachán. El rey del bizcocho borracho había llegado a la ciudad.

Hernando, ya lo veníamos sospechando, parece incapaz de concebir otro móvil en la vida que no sea el propio interés o las pequeñitas subvenciones. Hace unos años conté en esta columna la desvergonzada conversación que le oí mantener con un tal Matarí en una cola de embarque sobre los trenes de Almería. Al día siguiente este periódico recibió una carta suya, que se publicó, en la que me acusaba de mentiroso y de haber dicho lo que había dicho para pagar favores o para pedírselos al PSOE (¡Y aquí estoy, pegado al teléfono, a ver si Zarrías se acuerda de lo mío!). Ay, Hernando, Hernando. Alguien debería explicarle que hay gente que se mueve por convicciones, que presta atención a los argumentos del contrario y que incluso está dispuesta a dejarse convencer por ellos. Alguien debería explicarle que decir la verdad no da calambre. Alguien de su propio partido, alguien de Comunicación con dos dedos de frente, debería sugerirle que cerrara la boca; deberían retirarle la palabra como ya han hecho en Madrid, porque a este paso el desastre en las elecciones europeas será mayúsculo y el fracaso en las próximas autonómicas, irremediable.

La ausencia de alternativa política en Andalucía va camino de convertirse en un mal tan endémico como la sequía. Aquí lo que necesita el PP es un trasvase de políticos competentes o, si lo prefiere, la instalación de una desaladora para quitarle a Javier Arenas, otro que tal baila, ese salero fascista que de vez en cuando le sale. Como ustedes saben, PSOE y PP andan otra vez a la greña con el asunto de la deuda histórica. Aburren. Parece que el Gobierno central va a soltar una cantidad equis a la Junta y que las dos administraciones van a firmar el acuerdo a tres días de las europeas, qué casualidad más casual. Arenas tiene derecho a patalear, a decir que sí, a decir que no, a decir que blanco o a decir que negro. Lo que un supuesto demócrata no puede permitirse es comparar la firma de este pago con lo sucedido los días previos a las últimas elecciones generales. "Ya tenemos experiencia -ha dicho- de otras cosas que han pasado el día de reflexión". Seguir manteniendo que el 14-M hubo una conspiración es un insulto a la mayoría de españoles, que libremente no les votó. Si el PP no fuera un boxeador sonado se daría cuenta de que cada vez que gente como Hernando, Arenas (o Mayor Oreja, el lobo con piel de oveja) expresa su pensamiento (o lo que sea) son centenares los muertos vivientes que como yo nos revolvemos en nuestras tumbas, dispuestos a votar de nuevo.

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