Presión vendedora

Los mercados de valores retomaron ayer su actividad normal, y con ella, la dependencia del precio del petróleo, que, como cabía suponer, se orientó al alza tras los acontecimientos del fin de semana.

El Ibex 35, que abrió sin reflejar una gran presencia de papel, terminó la sesión con un descenso del 1,39% que le llevó otra vez por debajo de los 7.900 puntos. El índice general de la Bolsa de Madrid, por su parte, terminó esta sesión con un recorte del 1,31% que le sitúa en 826,41.

Los inversores de la eurozona fueron en esta ocasión los que más temor expresaron respecto de la actual coyuntura, pues Wall Street abrió con pequeños recortes y la Bolsa de Londres terminó la jornada con un descenso de sólo el 0,18%.

Para algunos observadores, esta reacción de los inversores no indica tanto lo mal que están las cosas, sino lo mucho que pueden empeorar, a pesar de que la CE mantuvo sus previsiones de crecimiento para el segundo y tercer trimestres, y de que las estimaciones de impacto sobre el PIB del encarecimiento del petróleo se reducen a un par de décimas. Con este ambiente, las bolsas europeas también dejaron pasar de largo el dato de crecimiento del primer trimestre, que, con el 0,6%, confirma las expectativas de una recuperación suave.

La Bolsa de París se anotó un descenso del 1,23% y la de Francfort perdió el 1,46%, lo que da a la sesión cierta uniformidad en cuanto al comportamiento de los inversores.

En Estados Unidos, la recuperación de la actividad planteó un pulso entre el inesperado incremento del índice de actividad manufacturera de mayo y el impacto de la subida del precio del petróleo, lo que mantenía al Dow Jones con un descenso del 0,09% a media sesión, es decir, sin que los inversores encontraran una respuesta adecuada a esa situación.

El negocio mejoró discretamente en el Mercado Continuo, aunque sin alcanzar el nivel del pasado viernes. La contratación final fue de 1.911,26 millones de euros, con 660 millones en operaciones institucionales.