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Reportaje:

"¡No soy un producto!"

Roberto Carlos critica cómo "utiliza" el Real Madrid a los jugadores y dice que las derrotas llegaron al dejar de salir por la noche Beckham, Ronaldo y él

Diego Torres

Roberto Carlos y el Madrid dieron ayer otro paso más en el proceso de ruptura que alimentan desde que Florentino Pérez asumió la presidencia del club, en 2000. Sin poder controlar la ira que siente contra la directiva, de la que no ha conseguido una oferta de renovación acorde con la imagen que tiene de sí mismo, el defensa brasileño, de 31 años, declaró al diario de su país O Globo, en una entrevista publicada ayer, que el Madrid "utiliza" a los jugadores como si fueran "un producto".

El contrato de Roberto Carlos con el Madrid termina en 2005 y el futbolista se ha planteado su renovación como la firma del último gran compromiso de su carrera. Aunque tiene la pretensión de ganar lo mismo que Raúl, Beckham, Ronaldo, Zidane y Figo -seis millones de euros anuales-, acepta a regañadientes los cuatro que le ofrece el club. Lo que no admite es que éste sólo le asegure dos temporadas con opción, según su rendimiento, a una tercera y luego a una cuarta. Así, pide cuatro años garantizados o, en su defecto, tres con un cuarto opcional, condicionado a que no sufra una lesión invalidante.

La explicación del jugador es la siguiente: "Ellos [los dirigentes madridistas] dicen: 'Vamos a ver cómo juega usted esos dos años para darle dos más de opción'. Pero tengo 31 y mi trayectoria no me permite aceptar este tipo de cosas. ¡No soy un producto! Cuando visto el uniforme, doy lo máximo".

Roberto Carlos asegura sentirse menospreciado y los ejecutivos madridistas dicen que en esta última temporada se ha demostrado que la decadencia física no perdona. Las fuentes del club también advierten de que todo está relacionado: el divorcio del defensa de su esposa, Alexandra, tras 12 años de matrimonio; la estafa de la que ha sido víctima por parte de su ex representante Oliveira Junior; y la vida desordenada, dañina para el organismo de un deportista de élite.

Eso sí, Roberto Carlos desmiente en O Globo el último extremo: "Cuando dejamos de salir por la noche [con Beckham y Ronaldo], el resultado quedó ahí: dos meses de derrotas".

La última vez que Roberto Carlos habló con interlocutores de la junta, en torno a la última jornada de la Liga, sus sensaciones fueron pésimas. Se sintió maltratado. En sus declaraciones a O Globo cuestiona abiertamente la política económica del club: "Creo que hay que acabar con ese negocio del producto. David [Beckham] vende mucho, pero gana mucho, así como Ronaldo y Zidane. Pero que no usen más a los jugadores como productos y digan: 'Hacemos de él lo que nosotros queremos".

Los altos cargos del Madrid llevan un año observando con suspicacia los movimientos de Roberto Carlos. Ni él confía en ellos ni ellos en él. En lo primero que no creen es en la supuesta oferta del Chelsea del magnate petrolero ruso Roman Abramovich. El jugador se ha preocupado de difundirla, pero sin proporcionar pruebas. "El Chelsea no nos ha formalizado ninguna propuesta", dicen en el Madrid. "Si se quiere marchar, que pague los 90 millones de euros de su cláusula de rescisión", agregan.

En el Madrid consideran que hasta hace un año Roberto Carlos ha vivido en una burbuja, ajeno a los tejemanejes de su mujer, por un lado, y de su antiguo agente por otro. Oliveira, dicen, desvió los salarios del jugador a una cuenta fuera de España con el pretexto de ahorrarle impuestos. El resultado fue que el brasileño perdió el control de sus ingresos y fue estafado en millones de euros. Según las mismas fuentes, ahora se ha quedado prácticamente sin ahorros.

Roberto Carlos, el sábado en un entrenamiento con Brasil.
Roberto Carlos, el sábado en un entrenamiento con Brasil.REUTERS

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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