"El mundo contemporáneo está en decadencia"

Francesc Orella (Barcelona, 1957), premio Max 2003 al Mejor Actor por La caída, da vida a Berenguer I en El rey se muere, obra de Ionesco que llega al Arriaga en versión de Teatro de la Abadía. Una puesta en escena en clave onírica enmarca una pieza cargada de surrealismo y simbolismos que critica "el materialismo y el apego a la vida terrenal".

Pregunta. Presenta el montaje como "una alegoría metafórica sobre la vida y la muerte".

Respuesta. Sí, hay un surrealismo o un teatro del absurdo, pero ésas son palabras muy gordas e igual se asusta alguien. En realidad se entiende perfectamente de qué va la obra, aunque haya réplicas que choquen o sean raramente humorísticas en un tema tan grave como la asunción de la muerte. Hace reflexionar.

P. ¿Se puede bromear con la muerte?

R. Por supuesto. Se puede bromear de todo. Que nadie impida que se pueda bromear de nada.

P. ¿Exagera cuando compara la sociedad decadente que describe Ionesco con el mundo actual?

R. Él planteaba un mundo devastado, en descomposición y decadencia. Y el mundo contemporáneo estará muy bien tecnológicamente, y habrá muchos avances científicos, pero está en crisis. Está en decadencia en valores éticos, dignidad del ser humano, relaciones políticas, el estado del propio planeta. Estamos obnubilados por nuestro ego y no somos conscientes de nuestra propia finitud.

P. Ha hecho cine, teatro y televisión. ¿Es un todoterreno?

R. Como todos. En esta profesión, afortunadamente, los actores tenemos varios caminos. Cada uno tiene su magia, su grandeza, aunque el teatro es donde uno aprende a ser actor.