Dos elefantes mecánicos desfilan acompañados por bailarines de la India
El pasacalle 'Annibal' es uno de los que más aceptación tienen
Los elefantes son de una compañía francesa, Oposito. Los bailarines del grupo Jathedar Bangra Club que les acompañan proceden de la región india del Punjab y los han traído artistas catalanes. El pasacalles Annibal es puro Fórum. Su director artístico, Jordi Bohigas, dice que es "un machihembrado". En cualquier caso, cada vez que se pasean por el Fórum arrasan. No es para menos porque los elefantes son francamente bonitos.
Basta con contemplar la reacción del público que no duda en seguir a la extraña pareja de animales para comprobar la atracción que ejercen. Uno de los dos ejemplares está decorado con piezas metálicas de distintos colores. Pero el más llamativo es el que está revestido con objetos de baratija. Relojes y teléfonos móviles de juguete, muñecas tipo Barbie, gafas de sol de plástico, cepillos y pinzas del pelo, todo de vivos colores y cubierto con fibra de vidrio, forman la curiosa piel del animal.
La historia de los elefantes comenzó en Francia. La compañía francesa Oposito recibió el encargo de diseñar un espectáculo para celebrar la reapertura del túnel del Montblanc, en el que durante un incendio ocurrido en 1999 murieron 39 personas. El montaje resultó ser Annibal, en recuerdo del rey de Cartago que en el año 218 antes de Cristo emprendió una travesía por los Alpes acompañado de un ejército de 100.000 soldados y 37 elefantes para conquistar el Imperio Romano.
Del origen de los paquidermos hasta el arranque del Fórum bastó con que los responsables de espectáculos los vieran y decidieran que tenían que estar en el evento. "Añadimos los bailarines para enriquecer el número y adaptarlo al espíritu del Fórum", señala Bohigas.
El pasacalle Annibal ofrece entre 8 y 10 pases al día. Son actuaciones unos 45 minutos en los que los elefantes caminan a paso majestuoso al son de música del Punjab y realizan paradas durante las que los bailarines muestran el folclor del norte de la India. Intentan que el público participe dando palmas al son de la música, algo que resulta francamente difícil para los que se animan, que acaban desistiendo entre risas, del público y de los propios bailarines.
"Cubrimos los agujeros que quedan entre otros espectáculos de la zona de la explanada", explica el director. Entre bolo y bolo permanecen quietos junto al parterre que hay entre el edificio Fórum y el centro de convenciones.
Los elefantes funcionan como un imán. "Parados, son una foto. Todo el mundo quiere posar con ellos", asegura Bohigas. "Y en movimiento, con la música sonando, arrastran a la gente, que flipa".
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