Estudiantes aprende la lección
El equipo madrileño iguala la eliminatoria ante un Tau que dio muestras de relajación
Como empezar un libro por detrás. Donde acabó el partido del viernes, empezó ayer el segundo encuentro de semifinales entre el Tau y el Estudiantes. Todo al revés: lo bueno, malo y lo malo, bueno. El viernes, Estudiantes dictó un manual de mala defensa, de ineptitud ante un Tau que salió, espoleado por Ivanovic, como un caballo al galope. Ayer, cambio de tercio: un Tau desesperante, relajado, abúlico frente a un Estudiantes motivado, intenso, fino en defensa. Conclusión: 10-25 en el primer cuarto, una bofetada a un conjunto vitoriano que tiene la actitud por bandera y que ayer la dejó en el vestuario hasta que a Ivanovic le empezó a salir espuma por la boca.
Algo tuvieron que ver algunos factores. Pepu Hernández, el técnico estudiantil, no debió dormir mucho estos días, visto lo que le ocurrió el viernes y se estudió el partido milimétricamente, alternando la defensa individual y en zona con una pulcritud también acompañada por la apatía local. Pero había más cosas. Por ejemplo, la actuación del vitoriano Iker Iturbe, bien acompañado por el argentino Hernán Jasen, que elevaron los porcentajes de acierto hasta niveles desesperantes para el Tau.
TAU CERÁMICA 74 - ESTUDIANTES 77
Tau: Calderón (0), Macijauskas (2), Nocioni (15), Scola (19), Splitter (0); Gabini (4), Betts (15), Vidal (0), Prigioni (11) y Carraretto (8).
Estudiantes: Brewer (6), Jasen (16), Jiménez (4), Iker Iturbe (16), Patterson (9); Felipe Reyes (8), Loncar (13), Azofra (5), Miso (0) y Vidaurreta (0).
Parciales: 10-25, 25-19, 21-16 y 18-17.
Árbitros: Ramos, De la Maza y Conde. Excluidos Carraretto (m. 38) y Jasen (m. 40).
8.700 espectadores en el pabellón Fernando Buesa Arena. La eliminatoria está 1-1.
El líder de la Liga regular veía, además, cómo algunos jugadores se le borraban del partido de forma pavorosa, bien sujetados por la defensa de Estudiantes y con la muñeca demasiado floja. Resultaba curioso observar que Macijauskas concluyera el partido con dos puntos -como un debutante en los minutos de la basura- o que Calderón, otro de los triunfadores del viernes, se retirase al vestuario sin ningún punto en su casillero.
Así que al Tau sólo le quedaba la aportación siempre efectiva, en juego y actitud, de su pareja argentina, Scola y Nocioni, menos estruendosos que Macijauskas, pero más regulares, más difíciles de frenar.
Viéndose perdido, el Tau sacó el espíritu Ivanovic y enjugó la diferencia. Carrareto, el último fichaje, apretó la defensa sobre Loncar y Prigioni tiró de muñeca para crecer a base de triples hasta perder por un punto en el descanso (35-44) y meter el partido en esa dinámica que el Tau sabe manejar con soltura desde que Ivanovic le ha metido el fuego en el cuerpo. Con Betts en racha (un jugador muy discutido en Vitoria), el Tau estaba a punto de romper un partido magistral del Estudiantes, que resistía con el acierto de Iturbe y la concentración defensiva.
Incluso llegó a ponerse por delante (74-71) gracias a Scola a falta de un minuto. Rozaba el milagro, pero al Estudiantes ayer no le temblaba el pulso, sabedor de que una segunda derrota en Vitoria prácticamente le dejaba fuera de la final. Un error en el pase de Prigioni fulminó al Tau que, sin embargo, tuvo la última ocasión de empatar con un triple de Macijauskas que dio en el aro. No era el día del lituano, así que vuelta a empezar.
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