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Una paralítica cerebral ratifica ante el juez que el gerente de su residencia abusó de ella

Vanesa, la paralítica cerebral que denunció haber sido víctima de abusos sexuales por parte del ex gerente de la Asociación Malagueña de Padres de Paralíticos Cerebrales (Amappace) José C. Ll. ratificó ayer en el juicio los hechos. Vanesa confirmó lo que en 2000 comentó a una compañera de estudios, quien presentó la denuncia. Vanesa reside hoy en un centro de Huelva y tiene 24 años. Los abusos, según la acusación, ocurrieron entre 1988 y 2000. El ex gerente asegura que todo es una fabulación de la joven.

El fiscal pide 10 años de prisión y una multa de 150.000 euros para el ex gerente, de 68 años, casado y con tres hijos. Le acusa de haber abusado sexualmente de la joven, de la que tenía la guarda legal, durante 12 años.

El juicio comenzó el pasado miércoles en la sección segunda de la Audiencia de Málaga y se celebra a puerta cerrada a petición de las partes personadas. Otra joven, J. G. C., le acusa de haberle tocado los pechos.

Así, la abogada de la joven, Julia Soria, indicó que ésta insistió en su testificación de hoy en todo lo declarado hasta ahora. Aunque no explicó con exactitud todas las ocasiones en las que supuestamente ocurrieron los abusos, debido al tiempo transcurrido, sí dijo que estos hechos pasaban "cuando él quería".

Fuentes de la defensa del ex gerente señalaron que han existido "enormes e importantes" contradicciones, tanto en lo que declaró hoy como en las otras tres declaraciones que prestó en su día, respecto a la testifical de esta mañana.

También hoy declaró un compañero y trabajador del centro que, al igual que Vanesa, testificó con una mampara para no tener contacto visual con el imputado. En su intervención, indicó, según Soria, que a veces las puertas del despacho del ex gerente se cerraban con llave cuando entraba la joven y que éste tenía un horario imprevisible.

Además, también declararon las compañeras a las que Vanesa comentó que sufría abusos, las cuales ratificaron lo declarado hasta ahora sobre cómo contó la joven lo que le ocurría. No obstante, desde la defensa precisaron que éstas declararon que hasta ese día no vieron a la joven angustiada ni preocupada, sino "siempre alegre".

Según el relato inicial del fiscal, el hombre, con la intención de "satisfacer sus deseos libidinosos", trasladaba a la joven a su despacho, donde, tras ponerla en una colchoneta, le mostraba imágenes eróticas, la besaba, desnudaba y la obligaba a tocarle los órganos genitales con la boca.

Además, en una ocasión intentó penetrarla vaginalmente, lo que no consiguió, según el escrito, en el que se explica que la amenazaba para que no dijera nada e incluso le decía que "lo hacía para enseñarle cómo era, para cuando tuviera novio". Vanesa ratificó ayer la versión del fiscal, según su abogada.

El ex gerente, en una entrevista concedida a Efe, asegura que quizás la joven "quiso marcarse un farol ante sus amigas del colegio y pensó que nunca saldría fuera de ese círculo", aunque matizó que sólo es una hipótesis.

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