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FÓRUM DE BARCELONA | Organización

La organización estudia crear una entrada para los espectáculos nocturnos

El buen tiempo atrae a los visitantes en el primer fin de semana

El buen tiempo y la curiosidad actuaron como imanes y atrajeron a miles de ciudadanos al Fórum. Muchos de ellos comentaban que, tras ver por televisión el desolador panorama que ofrece el recinto en los días de lluvia, decidieron que sólo irían al Fórum si el tiempo era bueno. El sol y el calor hicieron acto de presencia durante toda la jornada y las familias reemplazaron a los grupos de estudiantes que literalmente ocuparon el recinto durante toda la pasada semana. La organización indicó que en los próximos días se explicará si se crea finalmente una entrada nocturna a un precio especial.

El portavoz del Fórum, Oleguer Sarsanedas, se refirió ayer al esperado anuncio de la entrada nocturna a precio reducido. El tema, indicó, "está encima de la mesa", y señaló que se está estudiando a partir de qué hora se podría ofrecer y a qué precio. "No tomaremos ninguna decisión de forma inmediata, la próxima semana diremos algo", añadió. Sarsanedas destacó que el concierto que ofreció el cantante y también ministro de Cultura brasileño, Gilberto Gil, el viernes en el Fórum atrajo a unos 4.500 espectadores.

Después de una inauguración más bien tibia y de un principio de semana pasado por agua, ayer era un buen día para hacer un diagnóstico del estado de salud del Fórum. También era el primer día en el que se dejaba entrar comida en el recinto y se permitía entrar y salir a los visitantes con pases de día. Aunque la organización no facilitará cifras exactas de público hasta mañana, el aspecto que ayer tenía el recinto indicaba que se podría superar la cifra de visitantes del pasado domingo, el día de la inauguración, que fue de 16.000.

Los talleres de manualidades que tienen lugar en el paseo del Mar fueron un ir y venir constante de gente. Carlos, de 36 años, que tiene un pase de temporada y ya visitó el Fórum cuatro veces durante la pasada semana, se llevó ayer a su esposa y a sus tres hijos, de tres, cuatro y seis años, al recinto, y una de las primeras cosas que hicieron fue ir a visitar este espacio. Al terminar el taller, la familia entera se fotografiaba con las máscaras de papel que los niños habían hecho. "Si pasamos de los patrocinadores, el Fórum tiene más cosas positivas que negativas", comentó Carlos, que también decidió llevarse la comida de casa. "No es que encuentre que sea excesivamente cara, pero para comerme uno de esos frankfurts que te puedes comprar aquí prefiero traerme el bocadillo de casa", añadió.

Quioscos llenos

Aunque ayer ya se permitía entrar comida al recinto, la verdad es que la mayoría de los visitantes optaron por comer en los quioscos, el mercado o los restaurantes del muelle. A la hora del almuerzo, en las mesas y los bancos de la plaza de la jaima se mezclaba la gente que comía lo que había comprado en los chiringuitos del Fórum con los que se habían llevado el bocata de casa, aunque estos últimos eran minoritarios. Además, algunos de los que optaron por traerse sus bocadillos se compraron una ensalada para acompañar el menú o un helado de postre. Otros optaron por elegir las mejores vistas para degustar los sándwiches caseros. Como la familia García Candelic, de La Garriga, que a la hora de comer se sentó en un banco del muelle del puerto de Sant Adrià. "No sabíamos cuánto costaban aquí los bocadillos, pero después de haber oído toda la semana que eran tan caros, hemos decidido traérnoslos de casa", dijo Cristina Candelic, que iba acompañada de su esposo y sus hijos, de 13 y 14 años. "La verdad es que no hay para tanto porque los precios son los mismos que los que te encuentras fuera de aquí", añadió.

Los restaurantes del muelle, que ofrecen menús tanto para comer como para cenar a 19 euros aproximadamente, estaban a rebosar. En alguno de ellos incluso se tenía que esperar una hora para poder coger mesa. Los quioscos tampoco parecían tener menos clientes por el hecho de que los visitantes pudieran llevarse comida de casa. Sarsanedas no quiso dar detalles ayer por la mañana de las negociaciones que se están llevando a cabo entre las empresas concesionarias de los puestos de comida y el Fórum. Se desconoce si tras levantar la prohibición de llevar comida se deberá indemnizar a estas empresas de restauración.

Otros visitantes, sin embargo, se habían mantenido totalmente ajenos a la polémica suscitada por la prohibición de entrar comida y no sabían que estaba permitido. "Si lo hubiéramos sabido nos habríamos traído el pic-nic del hotel", dijo Atanasio García, de 70 años. García y su esposa residen en Francia, pero son de León y esta semana están de vacaciones en Lloret de Mar.

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