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Reportaje:

Embriones del sol

Cientos de extranjeros acuden a Andalucía a recibir tratamiento de fecundación 'in vitro'

Hay extranjeros que acuden a la Costa del Sol para jugar al golf. Otros llegan atraídos por la cerveza templada por el sol. Hasta los hay que viajan para ver museos. Detrás de estos turistas hay otros que pasan desapercibidos. Son los centenares de parejas estériles de toda Europa y el mundo árabe que cada año acuden a recibir tratamiento de reproducción asistida.

La directora médica de la clínica Fertia de la Costa del Sol, Elena Puente, reconoce que un 30% de sus pacientes son extranjeros. "La mayoría son británicos y escandinavos, pero los hay hasta de la ex república soviética de Kazajistán", señala. El porcentaje se repite en otras clínicas privadas, como la Gutemberg, de Málaga, o la clínica Mar&Gen, de Granada.

Hay varios motivos para este turismo. Las clínicas españolas tienen mucho prestigio en reproducción asistida. A esto hay que sumar el precio. En el Reino Unido, un tratamiento de fecundación in vitro cuesta unos 7.500 euros y en España, unos 2.500.

Otro factor es la Ley de Técnicas de Reproducción Asistida vigente en España desde 1988. La reforma introducida por el Gobierno del PP en noviembre de 2003 recortó la ley al limitar el número de óvulos que se pueden fecundar, con lo que disminuyen las tasas de éxito. Pese al recorte, la ley española sigue siendo más avanzada que la de otros estados. "Hay países, como Francia que no permiten la donación de óvulos, ni congelar embriones", explica Belén Buch, bióloga de la clínica Gutemberg.

La nueva ministra de Sanidad, Elena Salgado, del PSOE, ha anunciado que eliminará las trabas a la reproducción asistida, algo que ha aliviado a las clínicas de fecundación in vitro. Pese a que el cumplimiento de la ley ha sido desigual, según reconocen fuentes de varias clínicas, la reforma ha reducido la tasa de éxito de estos tratamientos y hacía peligrar el conocido como turismo reproductivo.

Alemania, Italia, Francia y los países escandinavos tienen legislaciones muy restrictivas, así que muchas parejas que han fracasado en tratamientos previos optan por emigrar y España es el lugar ideal. Las clínicas españolas se han adaptado. "Todo el personal habla inglés o francés. Tenemos contacto con una agencia de viajes para arreglarles el traslado y el alojamiento. Se trata de reducir la tensión de un tratamiento que ya es bastante traumático", señala Puente. La gran mayoría de las clínicas tiene página web. "Las parejas tienen que estar muy seguras y tener mucha confianza en nosotros para hacer miles de kilómetros y llegar a un país extraño para tener un hijo", afirma.

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Carmen Mendoza, profesora de la Universidad de Granada y directora de la clínica Mar&Gen, asegura que no ha tenido que hacer publicidad para captar clientes fuera de España. "Nosotros comenzamos como investigadores y a desarrollar técnicas novedosas. La gente se ha informado y nos buscan".

Esta clínica atiende cada año a más de 300 parejas de extranjeros, según Mendoza. En Europa nacen al año unos 50.000 niños de tratamientos de reproducción asistida, según la sociedad Europea de Reproducción Humana Asistida. El negocio, que no para de crecer desde hace años, hace que muchos extranjeros se hayan interesado por él. La clínica Fertia tiene socios escandinavos.

El tratamiento de reproducción asistida es muy largo y no todo se hace en España. Las parejas acuden a la clínica donde se les diagnostica el problema. Lo normal es que el médico prescriba un tratamiento hormonal a la mujer, que lo sigue en su país. "Con el tratamiento hormonal se estimula la producción de óvulos. Por Internet les mandamos los análisis que tienen que hacerse y seguimos sus resultados", afirma Mendoza.

La mujer vuelve a España cuando se acerca la fecha de realizarle la punción para extraerle los óvulos, que serán fecundados con el esperma del marido o de un donante, seleccionados e implantados en el útero, si es una fecundación in vitro clásica. Si el embarazo prospera, la pareja vuelve a tener el hijo a su país. No serán españoles, aunque su estado embrionario lo hayan pasado al sol.

"Vienen con burka a la consulta"

Aunque la mayoría de los extranjeros que viene a Andalucía proceden de Europa, también hay inmigración de los países árabes. Lo normal es que acudan de Marruecos. Pero no siempre.

Uno de los casos más llamativos del turismo reproductivo es el que recibe la clínica Mar&Gen, de Granada. Su directora, Carmen Mendoza, afirma que el centro recibe decenas de pacientes al año de los Emiratos Árabes Unidos. Mendoza explica que el trato no siempre es fácil: "Es un montaje. Muchas veces las mujeres viene con el burka a la consulta". Mendoza añade que los pacientes, lógico, son multimillonarios. "Vienen con guardaespaldas, en coches enormes y se quedan en Granada durante todo el tratamiento, que puede llegar a durar varios meses", afirma sonriente y añade que toda la clínica se revoluciona.

La inmensa mayoría de las parejas son europeas. Comienzan el tratamiento en su país, dirigidos desde la clínica española y sólo acuden a España para recibir la última parte del tratamiento.

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