Grupos de alimentación se lanzan a captar a los inmigrantes con los artículos que más compran
Las cadenas pugnan por el mercado catalán, en el que 5 de cada 100 consumidores son extranjeros
Pan colombiano, masala (mezcla de especias) india, carne de animales sacrificados por el rito islámico halal. La población inmigrante ha aumentado vertiginosamente. Cinco de cada 100 personas que viven en Cataluña son inmigrantes, pero algunos colectivos han tenido dificultades para encontrar productos que forman parte de su tradición culinaria. Ahora las cadenas de alimentación quieren conquistar este mercado. Varios grupos ya han empezado o empezarán en breve a ofrecer en sus tiendas amplios surtidos de productos para atender la demanda.
Los grupos Alcampo y Carrefour ya están vendiendo este tipo de productos en sus hipermercados, los supermercados Champion empezarán este otoño y Caprabo y Condis lo están analizando.
En los últimos años se ha producido una eclosión de tiendas regentadas por inmigrantes porque en muchos supermercados no existe una oferta específica que satisfaga los gustos de este sector de la población. De hecho, las tiendas regentadas por inmigrantes, que suelen estar abiertas hasta bien entrada la noche, se están llevando buena parte de las compras de estos colectivos.
Carrefour afirma: "Desde enero, estamos vendiendo un surtido de estos productos para británicos, alemanes, franceses, colombianos y peruanos. Hemos estudiado cómo podemos trabajar con estos productos en cada hipermercado y después del verano extenderemos la oferta a artículos de Ecuador, Marruecos, Portugal Bélgica e Italia, y a la carne sacrificada por el método halal". En las tiendas de Carrefour ya hay 1.300 productos para inmigrantes y fuentes de la cadena explican que se colocan juntos en la misma zona de la tienda para facilitar su localización
Proliferación de tiendas
El grupo Alcampo está ampliando el surtido de este tipo de productos porque "el consumo está creciendo". La oferta abarca desde panes colombianos a pasteles árabes, pasando por comida mexicana, artículos propios de la cocina china y animales sacrificados siguiendo el rito islámico halal, es decir, con el animal mirando a La Meca y personal propio encargado de la matanza. En algunos centros, como el de Mataró, estos productos disponen de su propio espacio.
El grupo Caprabo, que dispone de 600 tiendas, la mitad de ellas en Cataluña, está estudiando entrar en este sector. Enric Batlle, director del área de operaciones del grupo, afirma: "Para nosotros, es un tema en estudio debido al potencial de este colectivo de consumidores, que refleja los cambios sociales a los que una empresa de distribución como la nuestra no puede dar la espalda". Y la cadena de supermercados Champion recalca que trabaja para empezar a vender estos productos después del verano. Otro grupo potente, Condis, asegura que quiere incorporarlos a medio plazo a su red de tiendas.
Con estas iniciativas, los grandes grupos de distribución tratan de presentar batalla en un mercado en el que la proliferación de pequeñas tiendas regentadas por inmigrantes no ha cesado en los últimos años. Un ejemplo lo proporciona la calle de Sant Pau de Barcelona, donde en pocos años han abierto cuatro de estos supermercados. En esta calle, los propietarios del 65% de las tiendas son extranjeros, según datos de la Fundación Tot Raval, que agrupa a comerciantes y entidades cívicas del barrio.
Evitar guetos
En la cercana calle del Hospital, la mencionada fundación está realizando un censo de tiendas y el porcentaje inicial de negocios regentados por población inmigrante apunta a una cifra similar, afirma la vicepresidenta de Tot Raval, Nuria Aparicio. Algo parecido pasa en otros barrios, como el de Poble Sec, donde se multiplican las tiendas que venden productos específicos para inmigrantes.
El presidente de la federación de comerciantes del Raval, Enrique Sánchez, que agrupa a un millar de comercios del barrio, afirma que no se opone a que los inmigrantes abran tiendas. De hecho, algunos de ellos ya se han integrado en la federación, afirma. Pero Sánchez plantea que que hay que darles información para que "no abran todos comercios dedicados a lo mismo, porque entonces algunas calles se van a convertir en guetos y eso no es bueno para el barrio porque no ofrece variedad a los clientes".
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