La danza vista desde Portugal
El Ballet Gulbenkian presenta hoy y mañana dos coreografías contemporáneas en el Teatro Arriaga
Dos piezas de baile alegres ofrece el prestigioso Ballet Gulbenkian mañana y pasado (20.00) en el Teatro Arriaga de Bilbao, en lo que constituye la primera visita de la formación al País Vasco. Cantata, coreografía de Mauro Bigonzetti, y Minus 7, de Ohad Najarin, prometen transmitir "detalles" que llegan "hasta la piel y los sentimientos" del público, según aseguró ayer Paulo Ribeiro, actual director artístico del Gulbenkian. Ribeiro matizó que los montajes fueron dirigidos por su antecesor en el cargo, ya que él tomó posesión del mismo hace sólo siete meses. "Tenemos un repertorio nuevo, que se podrá ver en breve, pero, por ahora, seguimos con los montajes que estaban preparados, con los compromisos que el Ballet tenía de antemano", comentó el director y coreógrafo lisboeta.
Aseguró que ambas piezas están indicadas para "todos los públicos". "Uno no tiene que ser un especialista ni que entender mucho de ballet para venir a ver el espectáculo porque nuestra danza contagia sensaciones y no ideas", indicó Ribeiro. Se mostró muy crítico con la danza actual, que considera se está convirtiendo en un arte "para una élite". "Cada vez más la danza se hace menos porque eso permite hacer definiciones enrevesadas sobre los montajes. Lo que hay que hacer es comunicar, hacer sentir a través de la piel. La gente tiende a racionalizar la danza, pero éste es un arte distinto de otros porque tiene mucho de sensorial, tiene que pasar por los sentidos", explicó Ribeiro.
El primero de los montajes que se verá en Bilbao es Cantata, una pieza que el director artístico del Gulbenkian define como "mediterránea" y también "universal". "Es muy napolitana. Se inspira en la vida napolitana y tiene mucho que ver con lo cotidiano. habla de las raíces, de la vida y de las relaciones entre hombre y mujer, la pasión de los sentidos", desveló Ribeiro. La danza que representa todo ello es "hermosa y fuerte".
La segunda pieza, Minus 7, es una mezcla de diferentes composiciones musicales del coreógrafo Ohad Naharin que él mismo ha rehecho y adaptado para este montaje. "Naharain es un coreógrafo con un gran sentido de la dramaturgia. La pieza es sorprendente desde el principio hasta el final", afirmó Ribeiro. "Se establece una gran comunicación entre lo que pasa en el escenario y el público".
El director del Ballet Gulbenkian, que pondrá a un total de 24 bailarines en escena en cada montaje, ha asegurado que el público disfrutará con el espectáculo. "Estas coreografías están hechas para agradar, pero con mucha sutileza, con detalles que llegan a la piel. Uno está mirando estas piezas y tiene ganas de participar de ellas. Se trata de piezas construidas de maneta arrebatadora".
El ballet portugués Gulbenkian, perteneciente a la fundación del mismo nombre, está reconocido a nivel mundial por su calidad. "La Fundación Gulbenkian llenó el espacio cultural en Portugal cuando no había instituciones que lo hicieran. Por ahí ha pasado todo lo mejor que se hacía en Europa", comentó Ribeiro, quien se lamentó de que dos países tan cercanos como España y Portugal se encuentren tan lejos en algunos aspectos. "Es impresionante cómo Portugal y España funcionan muy bien en turismo y fútbol, pero nada en cultura. Hay un gran desconocimiento entre ambos países de lo que se hace en el otro", incidió.
Las dos representaciones en el Teatro Arriaga forman parte de una gira estatal del Ballet Gulbenkian que comenzó en Madrid el pasado 21 de abril. La próxima localidad donde recalará la formación será Barañain, donde actuarán los próximos días 18 y 19. La gira finaliza en junio en Santiago de Compostela.
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