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Ecologistas y políticos protestan por la presencia de un submarino nuclear en Gibraltar

La llegada a Gibraltar en la tarde del pasado lunes del submarino británico a propulsión nuclear HMS Trenchant, similar al Tireless amarrado en ese puerto para ser reparado desde mayo de 2000 hasta el mismo mes de 2001, provocó la inmediata reacción de protesta de los grupos ecologistas de la zona que reclamaron una rápida intervención del Gobierno. El senador José Carracao y el diputado Salvador de la Encina, ambos parlamentarios del PSOE por Cádiz, mostraron de inmediato su preocupación ante los responsables del Ministerio de Exteriores español que reclamaron según señalaron los representantes políticos, la mayor información posible por parte del Reino Unido.

Ambos políticos señalaron que "tras las conversaciones mantenidas con los responsables del Ministerio de Exteriores, podemos asegurar que el ministro, Miguel Ángel Moratinos llevará en su cartera este delicado asunto, en su reunión del 20 de mayo, con su homólogo británico, Jack Straw".

Según De la Encina, "el Ministerio de Defensa británico ha confirmado que el submarino no tiene ningún problema, que abandonará las aguas de la Bahía de Algeciras de inmediato y que su visita es puramente rutinaria, para dar descanso a la tripulación que lleva semanas sumergida". Al cierre de esta edición se esperaba que el submarino partiese de Gibraltar.

En la misma línea se pronunció Catherine Paudhoe, portavoz de la Royal Navy en la base naval de Gibraltar, quien no especificó la procedencia del submarino, ni su destino, pero sí confirmó "la ausencia total de riesgo para la población", por la visita del sumergible, botado en 1989, ya que fue revisado en marzo y cuenta con todos los dispositivos atómicos nuevos.

Según señaló Antonio Muñoz, portavoz de Ecologistas en Acción, "este submarino estuvo a punto de provocar un conflicto diplomático entre el Reino Unido y Portugal, en 1998, tras atracar con una avería" cerca de Lisboa ya que los británicos "impidieron entonces que los técnicos portugueses midiesen las posibles radiaciones emitidas por el submarino que se vio obligado a partir hacia su base en Davenport" (Escocia).

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