Precisiones inexactas
Me gustaría matizar unas "precisiones" inexactas que hizo la directora general de Universidades e Investigación de la Comunidad de Madrid, comentando mi artículo El Defensor del Universitario ¿qué defiende? en una carta al director publicada en EL PAÍS el pasado 26 de abril.
En primer lugar, quiero destacar que los criterios académicos y económicos de las becas de igualdad de oportunidades son establecidos por esa dirección general, y el hecho de no poder adjudicar más becas es consecuencia de que dichos criterios son excesivamente restrictivos.
En segundo lugar, no se puede confundir un premio con una beca, y si bien me parece razonable que se quiera premiar la excelencia, considero excesivo el dinero destinado en comparación con el que se concede a las becas de igualdad de oportunidades (la proporción es de 20 a 1). El dinero que se destina a premiar la excelencia no se concede a estudiantes que con una beca de igualdad de oportunidades podrían resultar excelentes en un futuro si tuvieran una ayuda económica para poder estudiar.
Agradezco y acepto la propuesta de trabajar conjuntamente para conseguir estimular a un mayor número de jóvenes a iniciar y proseguir estudios universitarios, si puede ser en las universidades públicas de nuestra Comunidad. Los últimos avances en todos los ámbitos científicos y tecnológicos demandan mayor número de titulados, lo cual exige que se amplíe el porcentaje de jóvenes que acceden a la Universidad. Es un reto importante para la Universidad, y esa Dirección General tiene la obligación de establecer el clima que ayude a cumplir estos objetivos.
Por último, deseo señalar que las universidades públicas de Madrid sí expresaron su opinión sobre los criterios para solicitar las becas de igualdad de oportunidades, destacando que por ser los criterios excesivamente restrictivos muy pocos estudiantes podían solicitarlas y no resultaban eficaces. Por este motivo, la insinuación de que las universidades no tienen interés en los fondos que reciben los estudiantes en becas y sólo les interesa el dinero que reciben directamente, es injusta y no contribuye al establecimiento del clima de trabajo necesario.
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