El Fórum abre al público a medio gas con alrededor de 16.000 visitantes
Las exposiciones pudieron contemplarse sin hacer largas colas
Unas 100.000 personas en la prueba de fórmula 1 en Montmeló. Más de 92.000 en los cuatro días del Salón del Cómic. 40.300 viendo el partido Español-Deportivo. ¿Y en el Fórum? De acuerdo con una "proyección" de la organización a las 18.00, entre 15.000 y 20.000. A las 19.00 ésta concretó que los visitantes eran en aquel momento 14.232. Dos horas más tarde eran 16.000. Este inicio por debajo de las expectativas lo atribuye la organización a los reiterados avisos, que ayer por la mañana todavía prodigaban por radio, de que los ciudadanos evitaran acumularse el primer día para no colapsar la instalación. El cálculo para los 141 días es de cinco millones de visitantes, que supone una media de 35.000 diarios. Quienes entraron agradecieron la comodidad. Las exposiciones se visitaban sin hacer penosas colas. Tanto Oleguer Sarsanedas, portavoz del Fórum, como Xavier Marcet, director de Comunicación, se mostrarton "satisfechos" por esta cifra, aunque en un principio se había previsto que el número de asistentes del primer día del evento sería de 25.000. Ante la queja de los periodistas por falta de transparencia en las estadísticas, Marcet se comprometió a dar datos más precisos, y lo hizo más tarde. Sarsanedas quiso destacar el "impresionante civismo" demostrado por los visitantes, ya que, según él, la gente hizo caso de las llamadas de la organización para no acudir en masa al recinto el primer día. Y la verdad es que no lo hicieron. "Tienen 140 días", añadió Marcet. Marcet dijo que la cifra de entre 15.000 y 20.000 visitantes es un punto de partida "idóneo" para el inicio. "Hemos estudiado el flujo de público de distintas expos y esperamos que se produzca un efecto parecido: un tramo estable de afluencia de público en los dos primeros meses, un ligero descenso a partir del tercer mes y un crecimiento en los dos últimos". "Queríamos comenzar sin colapsos y lo hemos conseguido", apostilló el director de Comunicación. Los datos de visitantes del primer día contrastan con las cifras de venta de entradas del fin de semana. La propia organización aseguró que se vendieron 65.254. En la madrugada del viernes al sábado la venta ascendió a 1.000.
La organización estudia ofrecer entradas de noche a precio reducido y las quejas por no permitir la entrada de alimentos
Los visitantes del día inaugural pudieron ver las exposiciones tranquilamente sin hacer penosas colas
La dirección está satisfecha con la cifra y la atribuye a los reiterados avisos de evitar el colapso en la jornada inaugural
La dirección del Fórum estudiará en los próximos días si permite que los visitantes entren en el recinto con comida y bebida (ahora sólo pueden hacerlo los niños). Esta prohibición ha suscitado muchas quejas entre los visitantes, al igual que el hecho de no poder volver a entrar en el recinto una vez se haya salido de él. "En eventos parecidos se hace así por cuestiones de logística", comentó Marcet, "pero lo estudiaremos". La organización evaluará si vale la pena ofrecer entradas de noche a precio reducido.Pese a la normalidad en los accesos que reinó a primera hora, se registraron incidentes al comprobarse que los códigos de barras de algunas entradas no podían ser leídos por las máquinas. Los afectados se quejaron de que tardaron más de una hora y media en acceder al Fórum. La prohibición de entrar comida y refrescos al recinto hizo enfadar a más de uno, sobre todo a los jubilados, que se quejaron de sus magras economías, y a quienes no se lo esperaban. Entre éstos, absolutamente indignados, el matrimonio formado por Ricardo Penedés y María Luis Barreiro, de Vigo. Tuvieron que dejar "de cualquier manera" en el control de seguridad los bocadillos que habían preparado y no se conformaban con las explicaciones que les facilitaron en el puesto de información: "Me dicen que hay carteles en la entrada, pero el bocadillo lo he hecho en casa; luego me dicen que lo han dicho en la tele, pero no tengo por qué verla", exclamaba Penedés. Ni siquiera le valía el argumento del texto informativo de la prohibición que figura en el reverso de las entradas: "La letra pequeña tiene que superar los tres milímetros, y no sé si ésta cumple la normativa", cuestionaba. La única solución que aceptó el matrimonio, aunque a regañadientes, fue salir y depositar los bocadillos en las consignas para recogerlos al salir. Mientras, en las cestas metálicas de debajo de los escáneres se acumulaban por momentos botellas de agua, latas de refrescos, bocadillos, bolsas de patatas y hasta un tarro de cristal con un componente vitamínico.
Hacia las 14.00 horas, los visitantes del Fórum empezaron a llenar las mesas y bancos de madera situados en la explanada central de la plaza para comer. Aunque en realidad no se produjeron muchas colas, los visitantes se quejaron de la lentitud del servicio y, sobre todo, del precio de la comida. "La verdad es que van un poco lentos; si llegan a tener toda la gente de la Expo de Sevilla, esto sería un horror", comentaba mientras hacía cola para comer un arroz con pescado María Flores, de 45 años, que ya estaba enfadada porque había tenido problemas con su entrada en las taquillas y tuvo que esperar una hora y media para poder entrar al recinto.
Si el pasado domingo, el día de la prueba general, los visitantes que quisieron ver la exposición de los Guerreros de Xian tuvieron que soportar hasta dos horas de cola, ayer no tuvieron que esperar más de 20 minutos. Fue toda una sorpresa porque esta exposición está destinada a ser una de las más visitadas. El personal de atención al público que se encuentra en la entrada de la exhibición reconocieron que en un principio esperaban más visitantes a lo largo del día de hoy. Aquellos que decidieron visitar alguna de las otras tres exposiciones permanentes, Voces, Esquinas y Habitar el Mundo, tampoco tuvieron que soportar colas.
Información realizada por Blanca Cia, Ester Riu y Lluís Pellicer.
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