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Reportaje:

Cae la última voz crítica de la RAI

La presidenta de la televisión italiana dimite exasperada por Berlusconi

Enric González

La televisión pública italiana fue durante meses un polvorín a punto de estallar. Y ayer se produjo la explosión. Lucia Annunziata, presidenta de la RAI, dio un portazo y dimitió. Fue, dijo, "un último gesto de rechazo" contra "la campaña del Gobierno para lograr el control absoluto del servicio público".

Annunziata era el único miembro del Consejo de Administración que no guardaba fidelidad a Silvio Berlusconi. Tras su marcha, Il Cavaliere tiene plena libertad de manejo sobre la RAI. Las demás televisiones, las privadas, son de su propiedad, excepto una, Canal 7. Y en Canal 7 los responsables de la información son de su confianza y, en algún caso, trabajan simultáneamente para la televisión y para la oficina del portavoz del Gobierno.

'Il Cavaliere' ya tiene libertad para manejar la televisión pública además de las privadas, casi todas suyas

Todo está bajo control. Especialmente desde que ayer, poco después de la dimisión, se supo que el presidente Carlo Azeglio Ciampi había firmado la ley de televisiones que consagra la hegemonía berlusconiana. La ley, rechazada en diciembre por el jefe del Estado, fue retocada por el Parlamento y reenviada. Ciampi tuvo que ceder. La oposición, ahora, presentará un recurso de inconstitucionalidad.

El adiós de Annunziata, periodista, simpatizante de la izquierda, fue precedido por unas jornadas de máxima tensión. La presidenta, en realidad, no acudía a su despacho en la RAI desde la semana pasada, desde que tuvo el último encontronazo con Flavio Cattaneo, el director general. En una conversación telefónica, Annunziata llamo "inútil" a Cattaneo y éste le respondió que iba a echarla del edificio "a patadas en el culo". Acto seguido, Annunziata hizo saber que había sido objeto de amenazas y que, dado el peligro para su integridad física, prefería irse a un lugar más seguro. Al día siguiente se reprodujo el ritual posterior a todas esas broncas. Cattaneo envió rosas blancas a Annunziata y le propuso "olvidar las diferencias". Pero esta vez las flores no valieron.

Tal vez el ramo habría funcionado si ayer no hubiera saltado el chispazo definitivo. Annunziata convocó a la prensa en un hotel de Milán para explicar que los otros cuatro miembros del Consejo se disponían a completar "la ocupación de la empresa". Añadió: "A las 12.15, es decir, menos de tres horas antes de que se reuniera el Consejo de Administración, sin preaviso y con total desprecio de las leyes societarias, el director general ha propuesto una serie de nombramientos cruciales".

Uno de esos nombramientos fue conocido poco después. Cattaneo había decidido enviar a una emisora de radio al director de RaiNews24, la cadena de información continua del ente público, y sustituirle por un periodista muy vinculado a Paolo Bonaiuti, subsecretario del Gobierno y portavoz de Berlusconi. Cuando supo que Annunziata había roto la baraja, Cattaneo prefirió aplazar los nombramientos "dadas las especiales circunstancias".

La dimisión de la presidenta de la RAI desató una tormenta política. Toda la oposicion, en bloque, le expresó su apoyo.Los parlamentarios de la coalición de Berlusconi la acusaron de forzar "un golpe" en vísperas de la campaña electoral.Con la nueva ley de televisiones, el nombramiento del nuevo presidente de la RAI no corresponderá al Parlamento, sino al Ministerio de Finanzas, que nombrará además un consejero. Los otros siete consejeros sí serán designados por el Parlamento, a razón de cuatro para la mayoría y tres para la oposición.

Silvio Berlusconi, con Lucia Annunziata, en una imagen de archivo.
Silvio Berlusconi, con Lucia Annunziata, en una imagen de archivo.ASSOCIATED PRESS

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