_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

De un trago, un río

No me vengas ahora con monsergas: tú sabes muy bien cómo se tragaron todo un río, y con el río, la agricultura, y con la agricultura, los agricultores, y con los agricultores, los alimentos terrestres, las hortalizas, los cítricos. Tú sabes muy bien cómo se roban las aguas del río y se les destina a otros usos más rentables, para los especuladores, y los especuladores se embolsan sus buenos dineros, sin ningún escrúpulo y untándoles conciencia y bolsa a ciertos cargos, bien blindados de cinismo y artificios y posos de urna. Y, un día, con tanto caudal invertido en infraestructuras turísticas, con tantas urbanizaciones, en medio del antiguo melonar, y sus elegantes palitroques de golf, el asunto se desbarata y salta el PHN y el conflicto de los trasvases, y cada quien quiere llevarse las aguas a sus secretas cisternas para traficársela al mejor postor, que no suele ser huertano ni asalariado de la azada, Por eso aplaudes el anuncio de que la ministra Cristina Narbona le meta una auditoría interna a la Confederación Hidrográfica del Segura y se disponga a relevar a los gestores de la entidad. Y es que la fiscalía de Medio Ambiente de Madrid denuncia "la existencia de una trama empresarial dedicada a la detracción ilegal de aguas de esa comunidad" (se refiere a la murciana), amparada por altos cargos de la referida Confederación. Pues bien, te reprocho tu pasividad, porque ya van 25 años así, y sólo te has limitado a colocarte una máscara de rana y a pegarle sustos a las autoridades locales. Y mientras el Segura, por la Vega Baja, y más arriba, se pudría de vertidos tóxicos, con muchas complicidades, con demasiados silencios. Menos mal que ahora andan en pie de exigencia las huestes Pro-Río de Orihuela. Quizá aún se cumpla lo que vaticinó Leo Ros, aquel contumaz reportero, que en medio de tanta podredumbre, allá por 1980, descubrió varado en una desembocadura de grasas, plásticos y porquerías, un humilde bolígrafo. Lo recuperó con la ayuda de una caña y lo probó en una libreta: ¡Aún escribe!, gritó. Y fue como una denuncia. Y la consagración del agua.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_