La batalla por Florida
Bush y Kerry están convencidos de que las elecciones se ganan en la península del sur
Las campañas políticas de George Bush y John Kerry han coincidido esta semana en denominar Florida como la zona cero. Traducción: "O ganamos Florida o perdemos las elecciones". Los demócratas, aún heridos por las que perdieron aquí en 2000 por sólo 537 votos, están ya en pie de guerra. A modo de ataque preventivo, el domingo desplazaron por tres días a su artillería pesada: Kerry acompañado de los populares senadores John Edwards y Joe Lieberman. Bush contraataca mañana con una visita a Miami, precedida por una lluvia de anuncios en los que se ha gastado seis millones de dólares.
"En esta ocasión no vamos a cazar mariposas", dijo Lieberman durante un mitin con Kerry en Palm Beach, el condado de las infames papeletas mariposa cuyo extraño diseño confundió a miles de electores judíos que creyeron votar por el demócrata Al Gore cuando en realidad lo hicieron por Bush u otros candidatos. El bloque judío es clave en las elecciones de noviembre, como también lo es el cubano. Lieberman, que es judío, es la mejor carta de Kerry para ganarse la confianza de ese grupo, que últimamente ha flojeado en su lealtad demócrata atraído por el incondicional respaldo de Bush a Israel. Así lo manifestó abiertamente una de las asistentes al acto, Harriet Baley: "Muchos de nosotros hemos cambiado a Bush".
El candidato demócrata apela al voto judío y corteja a los cubanos
Kerry contrarrestó rápidamente: "Joe les puede confirmar que yo he mantenido una relación especial con Israel en un cien por cien, no en un 99%. Entiendo que necesitamos acabar con esta relación de enamoramiento con un puñado de países árabes que canalizan dinero a Hamás y Hezbolá". Los aplausos inundaron la sala.
De momento, Kerry sólo ha apelado al voto judío y ha comenzado a echar los tejos a los cubanos, tradicionalmente republicanos, pero que en esta elección se están dejando cortejar por los dos partidos. La política hacia Cuba es lo que decanta los votos de los exiliados y Kerry les ha reiterado durante sus tres días en el sur de Florida lo que quieren escuchar: "No está a favor de levantar el embargo de forma incondicional". Propone también fomentar los viajes de estadounidenses a la isla y aumentar el límite de las remesas impuesto por Bush.
La conquista de votos no es el único motivo que ha traído al candidato demócrata a la presidencia a Florida. Esta península sureña es una mina de recaudación de fondos, y Kerry necesita desesperadamente ese oxígeno para competir con el caudal de Bush (de más de 185 millones, según su último informe a la comisión electoral). A Kerry no le ha ido mal en esta tercera visita a Florida, ha aumentado su cuenta bancaria en más de tres millones de dólares, que se suman a los 32 que tenía disponibles.
En uno de los actos de recaudación, en Miami Beach, cerca de 700 jóvenes demócratas donaron 100 dólares cada uno a su candidato. Kerry acudió acompañado de su esposa, Teresa, y de su ex contrincante John Edwards, uno de los posibles candidatos a la vicepresidencia, aunque a juzgar por los elogios que le propinó Kerry, parecía que ya es el elegido.
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