Primavera en Montecarlo

La Primavera de las Artes de Montecarlo, que este año llegaba a su 20ª edición, se ha cerrado con el estreno de un singular programa ideado por Jean-Christophe Maillot: siete pequeñas creaciones desarrolladas en su producción con todas las reglas del gran formato, y con el aporte de siete músicos jóvenes, entre los que está el donostiarra Ramón Lazkano (San Sebastián, 1968); sobre su pieza Lur-Itzalak para violonchelo y violín se inició la exitosa velada.

Sin interrupción, apenas unos oscuros para los cambios de escenografía, se suceden estos bocetos en una atmósfera sintetizada al máximo en sus elementos; el baile mismo ha sido depurado hasta una cierta frialdad que se compensa con los detalles que pueblan el estilo del coreógrafo-director: humor, ironía, siempre dentro de su abstracción hay muerte, abandono, soledades y un instinto de refinada contemplación. Es, en suma, una interesante colaboración entre los diseñadores, que se apoyan entre sí (si uno hace trajes en un caso, en el otro realiza decorados), y un generoso laboratorio que comienza con el impactante rideau de scene de Ange Leccia, un telón de boca ocasional y realizado según las últimas tecnologías donde se evoca el mar como sujeto de la pieza (luego, sobre esa imagen de oleaje y de continuidad inquietante, bailan Aurélia Schaefer, Chris Roelandt y el vasco Asier Uriagereka, uno de los valores más sólidos de la plantilla). Destaca el uso del vocabulario de las puntas y una cierta radicalización del lenguaje coréutico, probablemente lo que pide el jazz deconstruido de Cera o el clavecín vertiginoso de Fedele.

Este programa de miniaturas de Maillot por Los Ballets de Montecarlo podrá ser visto en su debú español dentro del Fòrum de las Artes de Barcelona en el Teatro Nacional de Cataluña del 15 al 18 de septiembre.