El muro de la vergüenza

Se derribó el muro de Berlín en 1989. Ahora Israel levanta un muro para aislar a los palestinos. Dentro de la desgracia, del muro de la vergüenza israelí se habla en los medios de comunicación. Sin embargo, del muro levantado por Marruecos en el Sáhara ocupado no se habla. Es momento de romper el silencio. España tiene el deber moral, por su pasividad ante el crimen

cometido al pueblo saharaui. Una muralla militar que ha causado centenares de víctimas a uno y otro lado del mismo entre los civiles saharauis.

Con una longitud de 2.720 kilómetros y alzado en seis etapas, protegido por 160.000 soldados armados, 240 baterías de artillería pesada, más de 20.000 kilómetros de alambre de espino, miles de vehículos blindados y millones de minas antipersonal, prohibidas por las convenciones internacionales, el "muro de defensa" marroquí, actualmente conocido como "muro de la vergüenza", es una muralla que divide a todo un pueblo hace un cuarto de siglo, a sabiendas de toda la comunidad internacional.

Esta situación de conflito puede tener consecuencias peligrosas en una zona llena de tensión, y la comunidad internacional debe estar sensibilizada en consecuencia para evitar la vuelta a las hostilidades. Se reclama sobre todo que se ejerzan presiones sobre Marruecos para que acepte la aplicación del Plan de Paz de la ONU, con el fin de poner término a los sufrimientos del pueblo saharaui, exilio en condiciones drámaticas en el desierto argelino.

Exijamos a la ONU y a la comunidad internacional que cumplan las resoluciones del Consejo de Seguridad y acabe de una vez por todas con el sufrimiento y la tragedia de un pueblo cruelmente olvidado que confía en la legalidad internacional y espera, tras 28 años, que se haga justicia.