La noche de los antihéroes
Los madridistas sostienen que el empate les hubiera puesto la Liga "muy difícil"
En plena crisis goleadora, el técnico del Madrid, Carlos Queiroz, echó mano de los antihéroes. Y los antihéroes le respondieron con dos goles. Uno, Solari, en el arranque, dejó frío al ardiente público del Calderón. El otro, Helguera, metió un cabezazo en el segundo palo que dio el gol del triunfo. "Jugábamos contra un equipo muy difícil en el Calderón", dijo Queiroz para justificar la introducción de Helguera en el puesto que hasta la semana pasada fue de Guti. "El Atlético ha conseguido muy buenos resultados en su campo. Había que salir más resistentes desde el punto de vista defensivo, había que ganar en agresividad. Poner a Helguera fue una decisión estratégica".
Si Queiroz muestra propensión a tomar decisiones políticamente incómodas, ayer, después de una semana de meditaciones entre Las Rozas y la concentración de La Manga, en Murcia, ahondó en su línea. Queiroz le dio una vuelta al dibujo táctico del Madrid dando un papel importante a tres jugadores no muy bien vistos por una directiva que piensa en librarse de él: Helguera, Solari y Pavón, en detrimento de Portillo, Mejía y Guti. Éstos últimos, muy del gusto del entorno del presidente, Florentino Pérez, que mira con lupa cada formación.
Queiroz colocó a Helguera en el medio centro y dejó a Guti, un jugador muy querido por la directiva, en el banquillo. Adelante, jugaron Beckham y Zidane, y en lugar de Ronaldo entró Solari, un futbolista que el Madrid estuvo a punto de vender el verano pasado, pero que retiró de la lista de transferibles después del traspaso de Makelele. Con una combinación de Figo y Solari llegó el primer gol. Solari remató raso al segundo palo, su cuarto tanto en esta Liga. Una cifra que lo convierte en el más efectivo de los centrocampistas del Madrid en todas las competiciones, con nueve goles.
A Solari le increparon desde la grada. La hinchada rojiblanca, que ocupó el graderío enardecida, se quedó muda antes de reaccionar con virulencia contra el jugador que hasta 2000 jugó en el Atlético, procedente del River. El centrocampista, por su parte, no reprimió el festejo y se echó a correr por detrás de la portería de Juanma, justo bajo el Frente Atlético, el sector más radical de la afición colchonera. Le llovieron objetos desde un anillo que en ese momento exhibía una pancarta hiriente contra el Madrid: "Sólo son once gallinas".
Solari entró por Ronaldo, y Portillo, referente de la política de Florentino Pérez, se quedó en el banco. Queiroz explicó que con la entrada del argentino intentó llegar al gol elaborando con los otros trescuartistas: Zidane y Figo. "Desarrollamos una estrategia acorde con los jugadores que tenemos", dijo el técnico; "con Solari desde la banda izquierda con mucha movilidad, haciendo cambios de banda con Figo, y conectando con Zidane. Pienso que resultó bien y nos tenemos que felicitar".
Solari, como Figo, coincidieron en que la victoria de ayer es de una importancia fundamental para no perder la estela del Valencia. "Cuando nos empataron lo dimos todo por ganar el partido", explicó Solari; "porque sabíamos que si no conseguíamos los tres puntos se nos iba a hacer muy difícil ganar la Liga". "En La Manga tomamos las decisiones que pensamos que son las mejores", prosiguió Queiroz, en referencia a la exótica concentración que comenzó el miércoles y terminó el viernes de la semana pasada. "Estas decisiones son agradables para algunos y no agradables para otros. Hay que respetarlas", puntualizó.
Poner a Helguera fue una respuesta a la flaqueza que mostró el Madrid en el juego aéreo en el último partido, contra Osasuna. En aquella ocasión, Queiroz dio entrada a Borja en lugar del lesionado Ronaldo, sólo con el fin de imponerse a los tallos de Osasuna. Ayer, con Pavón y Helguera, el Madrid consiguió disputar con éxito los balones colgados. Y en el segundo gol, el cántabro demostró por qué es el único cabeceador natural de la plantilla. Lo celebró con los brazos en cruz, desgañitándose, como si el tanto fuese una victoria personal. Estaba lesionado, con una distensión en la rodilla derecha, y jugó infiltrado.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.