El Madrid saborea su racha

El regreso a la Euroliga está cada vez más cerca para el Madrid. A la espera de la final de la Copa ULEB, el próximo día 13, contra el Hapoel de Jerusalén, los blancos encadenaron ayer, ante el Pamesa, su séptima victoria en los ocho últimos partidos y se colocan los cuartos en solitario de la Liga ACB a cuatro jornadas del final de la primera fase.

El Madrid arrancó el partido agarrado a las amplias espaldas del letón Kambala, autor de los siete primeros puntos de su equipo. En el Pamesa la réplica llegaba con la muñeca del francés Rigaudeau, único jugador visitante que dio señales de vida en el primer cuarto. El escolta anotó 10 puntos en este periodo, seis de ellos desde la línea de tiros libres. Y es que las personales fueron el principal sustento ofensivo en los primeros diez minutos, con sólo once canastas en juego entre ambos equipos y 17 faltas cometidas.

Paraíso abrió el segundo cuarto con el primer triple de la tarde, pero nadie acompañó al alero en el Pamesa y el Madrid se mantuvo al frente en el marcador pese a los problemas con las personales ofensivas de Kambala, algo que ya se ha convertido en costumbre.

Los locales sobrevivieron entonces gracias a la aportación del griego Fotsis, primer recambio en la cada vez más consolidada rotación de Julio Lamas, el técnico blanco. El antiguo compañero de Gasol en Memphis encestó 12 puntos antes del descanso y, justo cuando la bocina señalaba el camino de los vestuarios, Herreros avisó del temporal que vendría en el segundo acto con un triple, el primero del Madrid, que leotorgó una máxima diferencia de nueve puntos.

Tal vez por obra de esta discutible canasta, cuando los dos equipos retornaron a la cancha, el Pamesa apareció dormido y la línea exterior del Madrid era algo así como la de los Celtics de Bird y compañía. Fotsis continuó con su particular recital, Bennett también quiso apuntarse a la fiesta y Herreros, magistral, sumó tres de los cinco triples del Madrid en los primeros minutos de este cuarto. En estado de gracia, el capitán acalló los rumores de retirada con una canasta desde el suelo que elevó la diferencia a 20 cuando todavía quedaban 13 minutos para el final del choque.

Todo parecía decidido, pero la ejemplar actitud del Pamesa y, en particular, de Rigaudeau hizo que Kambala tuviese que tirar de repertorio en el poste bajo para evitar sustos. Los valencianistas nunca perdieron la cara y, poco a poco, recortaron distancias hasta situarse a ocho puntos a tres minutos de la conclusión.

Pero Bennett retomó el mando de las operaciones y un mate a la carrera de Kambala cuando se entraba en el último minuto sentenció el duelo para el Madrid, que se coloca a sólo dos victorias del Pamesa, el segundo en la tabla.