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Reportaje:MUJERES

Aguerridas y duras de pelar

Carlos Arribas

En 1992, sólo el 33% de la población activa española eran mujeres; en 2003, ese porcentaje ya había llegado hasta el 44%. En esos 12 años, los que van de la primera medalla olímpica jamás conseguida por una deportista española -febrero de 1992, Blanca Fernández Ochoa, Juegos de Invierno de Albertville- a los Juegos de Atenas 2004, en que se espera que en el equipo olímpico español casi la mitad de los deportistas sean mujeres, más de dos millones y medio de mujeres se han incorporado al mercado de trabajo.

España ha cambiado, y las mujeres, más. Y más aún las deportistas. Siendo menos que los hombres, su porcentaje de éxito ha sido superior desde 1992. Son mejores, más aguerridas, más competitivas. Hace sólo 20 años, su presencia en el atletismo, por ejemplo, era simbólica, sin más. El año pasado, en la Superliga, una competición en la que participan las mejores selecciones de Europa, el equipo masculino español descendió de categoría; el femenino, recién ascendido, se mantuvo brillantemente. Poco después, hace un mes sin más, había más mujeres que hombres en la selección española de atletismo que compitió en Budapest en el Mundial de pista cubierta. Y la figura que simboliza el estado actual del atletismo español, la garra, la furia, la agresividad, la lucha hasta el final, no es la de un hombre, sino la de una mujer, la palentina Marta Domínguez.

El mejor deportista español de 2003 no fue Fernando Alonso, Juan Carlos Ferrero, Pau Gasol o Raúl, sino una mujer, la ciclista Joane Somarriba
En los clubes con la prueba de triatlón sólo pueden acceder a subvenciones federativas los que tengan mujeres compitiendo. Un club sin mujeres no puntúa

"Actualmente hay más predisposición a hacer deporte por parte de las mujeres", explica Marisol Casado, secretaria general de la Federación Española de Triatlón. "Esto se aprecia a todos los niveles, se ven más mujeres corriendo por los parques, también hay más en la élite, pero el avance es aún pequeño. Aún estamos con el peso del rol familiar y, además, con la doble carga de trabajo, porque después de la jornada laboral tienen que seguir trabajando en casa".

El mejor deportista español de 2003 no fue, si tenemos en cuenta los triunfos obtenidos, ni el piloto de fórmula 1 Fernando Alonso, ni el tenista Juan Carlos Ferrero, ni el baloncestista Pau Gasol, ni siquiera el futbolista Raúl, ni siquiera ningún hombre, sino una mujer, la ciclista vizcaína Joane Somarriba, ganadora del Tour de Francia y campeona del mundo contrarreloj.

Vivir del deporte

"Sí, sí", dice Somarriba. "Parece todo muy bonito, parece que poco a poco va cambiando nuestra situación, parece que ya somos más valoradas, parece que ya somos tan buenas como los chicos, que nuestro reconocimiento social sube, pero, económicamente, nuestro mundo no tiene nada que ver". Somarriba, y en menor medida la salmantina Dori Ruano, es la única ciclista española que puede vivir con cierta dignidad con lo que gana como profesional. "Y quizá por eso, y también por los años tan malos que he pasado por culpa de las lesiones y las enfermedades, soy más dura a la hora de trabajar, de entrenarme, de competir. Por eso soy más aguerrida, más peleona, más dura de pelar, porque me he dado cuenta de que si no gano, no existo, no tengo ningún reconocimiento. Si no ganara carreras, me sería imposible vivir del ciclismo. Y esto me ha endurecido mucho".

Cuando se entrena por sus tierras, lo que más le gusta ver a Somarriba es que cada vez hay más mujeres en bicicleta. "Antes, hará diez años, veía que cuando me adelantaba un coche, el conductor se me quedaba mirando como si hubiese visto mal", explica Somarriba, de 32 años, casada con el ex ciclista profesional Ramontxu González Arrieta, gregario de Indurain en sus tiempos y mánager, masajista, cuidador, acompañante en entrenamientos y chico para todo para su chica ahora. "Porque justamente antes, ese automovilista me había animado como si fuese un chico, 'aúpa, chaval".

Muchas de las mujeres que empezaron a hacer ciclismo con Somarriba lo dejaron poco después, hartas de la falta de ayudas. "Y eso nos ha hecho más guerreras a las que hemos aguantado".

Oro en hockey

Las primeras chicas guerreras del deporte español fueron las mujeres del equipo de hockey que logró el oro en Barcelona 92. Creyeron que su triunfo cambiaría el mundo, pero poco después chocaron con la realidad. Nuria Moreno era una juvenil por entonces, una niña que asistía entusiasmada al despliegue de sus compañeras. Llegó a la selección de hockey en los Juegos de Sidney 2000. Después se casó con un atleta, el maratoniano y campeón de Europa de 10.000 Chema Martínez, y ha tenido una hija. "Hemos avanzado, hemos avanzado", dice Moreno. "Pero no tanto. Seguimos discriminadas. En mi deporte, comparándolo con el trato que reciben los chicos, la diferencia es abismal. Casi todo el dinero de la federación se destina al sector masculino. Siempre estamos por debajo, pero luego, en las grandes competiciones sacamos más resultados".

En el reciente torneo preolímpico, la selección española femenina se clasificó para los Juegos de Atenas. Un síntoma más de que las mujeres son indesmayables. "Y también se nota que trabajamos más, que se trabaja mejor con la base, en los colegios. Salen muchas más niñas que juegan al hockey. Antes, en cambio, yo era la chicazo de la clase, la única que se tomaba el deporte en serio. Y tampoco antes salía nada femenino en televisión. Cualquier deporte masculino salía mucho más".

En los Juegos Olímpicos de Sidney, en los que el triatlón se disputaba por primera vez, en el equipo español habían logrado plaza tres hombres y sólo una mujer. En Atenas se espera la paridad: tres y tres. La evolución sirve como ejemplo de cómo se deben hacer las cosas, según Marisol Casado. "El triatlón era un deporte eminentemente masculino", explica, "pero hemos seguido una política de igualdad absoluta en todo, en premios económicos, en las distancias que tienen las pruebas masculinas y femeninas... Y además hemos añadido otro factor: sólo pueden acceder a subvenciones federativas los clubes que tengan mujeres compitiendo. Un club sin mujeres no puntúa".

La campeona del mundo de contrarreloj Joane Somarriba.
La campeona del mundo de contrarreloj Joane Somarriba.

Muchas mujeres deportistas, pero pocas mandando en las federaciones

DIFÍCIL LO TENDRÍA José Luis Rodríguez Zapatero si quisiera llevar a la práctica sus ideas sobre la composición paritaria del Gobierno al masculino mundo directivo del deporte español. Ninguna federación española olímpica tiene una mujer de presidente, y sólo tres no olímpicas -golf, petanca y kickboxing- cuentan con una. Es el lado oculto del brillo femenino del deporte español. "Aquí, en España, las cotas de liderazgo femenino en el deporte son bajísimas", se lamenta Marisol Casado, española, presidenta de la Federación Europea de Triatlón (deporte olímpico), la única dirigente deportiva, junto a la infanta Pilar de Borbón, presidenta de la Federación Ecuestre Internacional, que ha lanzado a la esfera internacional el deporte español. "Pero si en las federaciones nacionales no hay dirigentes femeninas, ¿cómo podemos ir más a las internacionales?".

Casado es pionera del triatlón y fundadora de la federación en España. También es una firme defensora de la discriminación positiva. "La gente no es consciente de la necesidad de ese tipo de políticas", dice. "En el COE [Comité Olímpico Español] ni siquiera está formado aún el comité de mujeres y tampoco hay urgencia por ello, consciencia de que tiene que existir".

Jacques Rogge, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), calcula que en los próximos Juegos Olímpicos de Atenas, un 44% de los deportistas serán mujeres. Es un porcentaje récord. Hace sólo 24 años, en los de Moscú, fue del 21%, y hace cuatro, en Sidney 2000, del 38,2%.

"Esto es una clara muestra de que una política clara y decidida desde el COI, modificando los sistemas de clasificación para abrir el campo a la mujer, tiene una gran repercusión", dice Casado. Aunque los Juegos Olímpicos modernos comenzaron a disputarse en 1896, hasta 1912 no se permitió participar a la mujer. Aún en 1996, en los Juegos de Atlanta, 26 países enviaron una delegación completamente masculina. El número bajó a nueve en Sidney y se espera que no pase de cuatro o cinco en Atenas. Hace cuatro años, no se permitió al Afganistán talibán participar en los Juegos porque prohibía la práctica deportiva a las mujeres. En Atenas, una mujer portará la bandera afgana durante la inauguración olímpica.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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