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Crítica:Aston Martin DB9
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un purasangre con traje de etiqueta

Es sin duda uno de los coches más atractivos del mundo. Inalcanzable para la mayoría -cuesta 150.000 euros-, pero espectacularmente bello. Se llama DB9 y es la última creación de Aston Martin, la legendaria marca británica que cedía sus superdeportivos en las películas de James Bond y que ahora quiere recuperar su protagonismo tras ser adquirida por Ford.

El DB9 saldrá a la venta en España a finales de abril y marcará la reactivación de Aston Martin, que tras superar una aguda crisis en los años noventa con ventas testimoniales (600 unidades al año) espera llegar a 2.500 coches en 2004 y a 5.000 en 2005, para erigirse en la alternativa inglesa a Porsche y Ferrari.

Diseño, tecnología y artesanía

Este purasangre es un deportivo diferente que sigue fiel a la tradición británica: línea elegante, interior impecable y elaboración artesanal. Pero ahora añade las soluciones tecnológicas más avanzadas para ofrecer las prestaciones, la eficacia y la seguridad de los mejores superdeportivos.

La línea del DB9 se distingue por sus trazos suaves sin aristas, que crean una imagen deportiva y elegante a la vez. Mide 4,7 metros de largo y concentra la agresividad en la generosa toma de aire del frontal, muy largo para alojar sus potentes motores. En el lateral destaca la cintura alta de las puertas, que envuelve el interior. Y el techo desciende por detrás para fusionarse de forma armoniosa con la zaga. El resultado es una estampa muy estilizada y fluida, y una aerodinámica eficiente (CX: 0.34).

La habitabilidad es limitada, como en todos estos coches: plazas delanteras correctas, dos banquetas traseras simbólicas y un maletero justo. Pero el interior está resuelto con una clase impecable que crea la atmósfera refinada de las berlinas más exclusivas.

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El equilibrio estético del DB9 se completa con las tecnologías más avanzadas. El chasis es de aluminio, y las piezas, en vez de ir soldadas, están unidas con una revolucionaria técnica molecular. Aplica los materiales ligeros con profusión: capó, techo, suspensiones y muchas piezas más son de aluminio; el eje de transmisión es de fibra de carbono; la dirección, de magnesio... Y con un peso de 1.775 kilos repartido al 50% sobre cada eje consigue un comportamiento dinámico óptimo.

Motor 6.0 V12 de 450 CV

Con esta base, un potente y refinado motor 6.0 de 12 cilindros en V y 450 CV, y un cambio automático de seis marchas, el DB9 puede ofrecer unas prestaciones espectaculares: tarda sólo 4,9 segundos en acelerar de 0 a 100 km/h. y supera los 300 km/h. Además, para disfrutar su poderío incluye los sistemas de seguridad más avanzados. Y el conjunto se adapta a cualquier conducción manteniendo siempre una comodidad notable.

El frontal alargado, la cintura lateral alta con el techo bajo y, sobre todo, los trazos suaves sin aristas que recorren la carrocería definen la elegancia deportiva de Aston Martin.
El frontal alargado, la cintura lateral alta con el techo bajo y, sobre todo, los trazos suaves sin aristas que recorren la carrocería definen la elegancia deportiva de Aston Martin.

MATERIALES EXQUISITOS

EN LA FÁBRICA de Aston Martin sólo hay un robot y se usa para plegar piezas. A pesar de su sofisticación técnica, el DB9 sigue siendo un coche artesanal y diferente. Todo se hace a mano, desde el cosido de las tapicerías hasta los motores o la pintura de la carrocería, que lleva ocho capas y tres horas de trabajo: fabricar un DB9 exige siete semanas y 200 horas de trabajo.

Aston Martin no utiliza las maderas y cueros exquisitos sólo para poner adornos, como hacen otros competidores, sino que recubre todo el interior con estos materiales y crea un ambiente impecable y lujoso sin caer en la ostentación. El diseño mantiene detalles clásicos y retro, como las planchas de madera que cubren la zona superior de las puertas y la consola central, la instrumentación en aluminio con las agujas girando en sentido contrario a las manillas de un reloj, o los tiradores con varillas de las puertas. Pero incluye también soluciones muy modernas envueltas en un diseño que no desentona: botón de arranque, levas en el volante para accionar el cambio automático, etcétera.

David King, ingeniero jefe de Aston Martin, define así la política de la marca: "Para nosotros, el lujo no es fabricar coches recargados y pesados, sino hacer que el cliente viaje en un ambiente elegante y exclusivo conduciendo un auténtico deportivo".

El colofón lo pone una placa sobre el motor con el nombre del inspector que da el visto bueno final. Pero para recibirla, el coche debe superar antes un exhaustivo control de calidad y una prueba en carretera de 40 millas.

AL VOLANTE

EL DB9 ES un superdeportivo, pero tiene un comportamiento diferente al habitual en estos coches y sorprende por su comodidad. Mantiene todo el carácter y prestaciones de los purasangre y responde con un poderoso e inconfundible rugido cuando se pulsa el botón de arranque de su motor de 12 cilindros. Pero su agresiva sinfonía inicial se adapta con una facilidad sorprendente a cualquier conducción, desde la más tranquila hasta la más agresiva. El motor responde desde el ralentí con un tacto de terciopelo y se estira con todo el poderío de sus 450 CV hasta el régimen máximo (7.000 vueltas). El cambio automático va engranando las seis marchas con una rapidez y suavidad sorprendentes. Y obedece con un agarre excepcional en las curvas y una facilidad de manejo asombrosa sin que se noten las ayudas electrónicas a la conducción, como el ESP, que actúan siempre con total discreción. El resultado es una conducción relajada y exquisita que permite saborear uno de los coches más rápidos del mundo disfrutando a la vez el máximo confort.

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