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¿Responsabilidad social de la ciencia?

En un ambiente social en el que los avances tecnocientíficos pueden llegar a ser vistos con desconfianza, cuando no con temor, mezclados con admiración y esperanza de que solucionen problemas de salud, medio ambiente o desarrollo, los participantes en la reunión de Génova abordaron la cuestión de la responsabilidad social de la ciencia. ¿Son los científicos responsables de sus descubrimientos?

Sophie Bessi, profesora de desarrollo y cooperación internacional en la Universidad de París (Sorbona), plantea la cuestión de la excepción científica señalando que la investigación es una de las poquísimas actividades humanas que reclaman el derecho a estar al margen del control social. "Durante varias décadas, los científicos han sido presentados como investigadores independientes impulsados por la sola búsqueda de conocimientos, persiguiendo este noble objetivo en la soledad de sus laboratorios, protegidos de los prejuicios colectivos y los miedos de los mortales normales", dice Bassi.

Ella se preguntó si no se debería llevar ya a la ciencia al debate democrático. "Tal vez sea el momento de recordar a la ciencia que ninguna de sus opciones o sus discursos son neutrales". La obstinación de la ciencia por restarse al control social "olvida dos -entre otras muchas- lecciones de la historia: ninguna producción intelectual puede leerse fuera de su contexto y la ciencia también puede equivocarse cuando su contexto la incita a ello", dice Bassi.

Distinción fundamental

Lewis Wolpert, profesor de anatomía y biología del desarrollo en la Universidad de Londres, se detuvo en algo que varios otros apuntaron en los debates: "Es fundamental la distinción entre ciencia y tecnología, entre el conocimiento y la comprensión por una parte, y la aplicación de ese conocimiento para hacer algo, o utilizarlo de alguna forma práctica, por otra". Es la tecnología la que conlleva cuestiones éticas, desde los automóviles hasta la clonación humana, dijo. "Sin embargo, el conocimiento está libre de valores, no tiene valores éticos o morales".

Los peligros y las cuestiones éticas sólo surgen cuando la ciencia es aplicada a la tecnología, dijo Wolpert, y el hecho de que no seamos el centro del universo no es ni bueno ni malo, como tampoco lo es la posibilidad de que los genes puedan influir en la inteligencia o el comportamiento humanos. "Pero pueden surgir las cuestiones éticas al realizar investigación científica, por ejemplo hacer experimentos con humanos o con animales; a este respecto, el científico tiene problemas éticos muy similares al resto de los ciudadanos", recordó Wolpert. Advirtió: "Cuando uno empieza a censurar la adquisición de conocimientos científicos consistentes, está en la más resbaladiza de las pendientes resbaladizas".

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