El poeta Javier Cano, 'premio joven' de la Fundación Loewe
El título del último poemario de Javier Cano (Jaén, 1973), El idioma de Adán (Visor), nació en un tren, mientras leía La Divina Comedia, la obra maestra de Dante. En uno de los capítulos, Adán le dice a Dante que su idioma sólo lo reconocerían los que habitaban en el paraíso. Y ese argumento le ha dado pie a Javier Cano a establecer una metáfora sobre la nada en este poemario con el que ha obtenido el Premio a la Creación Joven de la Fundación Loewe, uno de los más prestigiosos del panorama nacional como lo avalan los más de 1.100 trabajos presentados de 28 países.
"Es un libro de poesía de revelación, de poesía metafísica, donde el eje central es la nada, el antes y el después de una vida", asegura el autor de El idioma de Adán, "una obra de visión y pensamiento con una economía lingüística máxima", en palabras de Jaime de Siles, uno de los miembros del jurado. Cano aborda el tema de la oscuridad y lo metafísico, pero con la novedad de que lo hace desde un lenguaje claro. "Escribo de la oscuridad a través de la luz de la realidad, la vida es un paréntesis entre dos nadas", subraya. Es, en definitiva, una poesía de gran pureza y un libro, como él mismo dice, "muy sudado".
"Evolución lógica"
Javier Cano, que es un poeta autobiográfico, es consciente de que ha dado un salto "cualitativo" en su último poemario, aunque mantiene la herencia de sus cinco libros anteriores, que también han tenido algo de oscuridad. "Es una evolución lógica de edad y de pensamiento", agrega, para reconocer que su poesía tiene mucho de introspectiva. "Es cierto que mi poesía camina hacia la interiorización, pero a la vez intento dar respuestas a las preguntas que se hace hoy la humanidad".
El idioma de Adán es, a la vez, un libro donde la música y el arte fluctúan por los versos, y donde tienen presencia algunos de los autores que han marcado su corta pero ya fructífera carrera poética. Poetas como Dante, Juan Ramón Jiménez, José Ángel Valente o su admirado José Hierro, al que Cano homenajea en este libro. Cano ganó en 1999 el premio de Jóvenes Poetas Andaluces y, con posterioridad, ha logrado un accésit en el prestigioso Adonais, el Premio Vicente Alexandre y ahora éste de la Fundación Loewe. Cano, considerado ya como una de las referencias de las nuevas generaciones poéticas, desarrolla sin ningún complejo su trayectoria literaria desde Jaén, pero al mismo tiempo censura el "esnobismo tan peligroso" que se da en los ambientes sociales de esta ciudad. Tampoco pasa por alto la "pseudopoesía" que se practica entre muchos autores.
