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Unió de Pagesos renueva a su líder, Joan Caball, frente al sector crítico

Pep Riera acusa a la cúpula de "abandonar la línea reivindicativa"

El sindicato agrario Unió de Pagesos (UP) renovó ayer su confianza en su actual dirección, encabezada por el ampurdanés Joan Caball, pese a una fuerte corriente interna crítica que no descarta emprender una escisión. El congreso nacional del sindicato eligió ayer a su cúpula, la comisión permanente, enfrentada al sector crítico, que encabeza el ex coordinador Pep Riera y ante el silencio del dirigente de Tarragona, Pere Guinovart.

"Será una comisión permanente de consenso y de continuidad", afirmó ayer Joan Caball tras ser nombrado portavoz de esta comisión, el primer paso para ratificarse de nuevo como máximo dirigente de Unió de Pagesos en el próximo consejo nacional del sindicato, cuya celebración está prevista para principios de abril. Aun así, el congreso, a cuyo acto de clausura, celebrado ayer en Amposta (Montsià), acudió como invitado el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, no sirvió para que cicatrizaran las heridas abiertas por Pep Riera y Guinovart al hacer públicas duras críticas a la política de UP. Ayer mismo, Pere Guinovart, que ha encabezado la reivindicación y las movilizaciones de los frutos secos, dijo que Unió de Pagesos "avanza hacia un sindicato dependiente de la Administración", y dejó la puerta abierta a emprender ahora una ronda de reuniones en cada comarca para proponer "alternativas". Éstas no son otras que plantear una próxima refundación del sindicato, propuesta que hoy por hoy no cuenta con apoyos suficientes, o bien una escisión para crear un nuevo sindicato, tal como sucedió hace tres años en la comarca de la Noguera a raíz de las discrepancias que los dirigentes comarcales mantenían con la dirección nacional.

Este conflicto comarcal fue el detonante de una crisis que ahora se ha vuelto general. Si bien los escindidos de la Noguera no consiguieron arrastrar a más dirigentes en el año 2001, fuentes del sector crítico manifestaban ayer su arrepentimiento por "no haber sido más valientes entonces". En el sector oficialista se recrimina a los críticos haber esperado al congreso para airear la crisis y aseguran que durante todo este tiempo "no han hecho nada" para abrir un debate interno. El hasta ahora coordinador territorial de Tarragona y miembro de la futura permanente, Salomó Torres, abogó ayer por un proceso de restablecimiento de la concordia entre ambos sectores. Torres aseguró que uno de los primeros asuntos que abordará la nueva dirección es la problemática de la Noguera. "No nos podemos permitir una escisión", dijo, y señaló las dificultades que tendría una hipotética nueva fuerza sindical agrícola para equiparar su infraestructura a la actual de UP, con representación constante en Bruselas.

Caball, por su parte, consideró los resultados como un refuerzo a la política oficialista de Unió de Pagesos, y auguró pocas posibilidades de éxito a una escisión. "Vistos los resultados, no creo que se produzca", dijo.

En este congreso no han participado representantes de la Noguera, donde UP no ha conseguido rehacer su estructura, ni tampoco del Maresme, feudo de Pep Riera, cuyos delegados se han ausentado durante todo el congreso.

Los críticos recriminan a la dirección su connivencia con la Administración y la tendencia a abandonar la tradicional línea reivindicativa del sindicato agrario para convertirse únicamente en una organización que ofrece servicios a sus afiliados.

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