¿Políticamente correctos?
Después de los graves atentados que han ocurrido en Madrid, llega el momento de hacer cosas y dejar las palabras.
Ya está bien de que la solidaridad venga siempre de los mismos, de la gente de la calle.
Esto, indudablemente, demuestra la calidad de nuestra sociedad, que está muy por encima de la calidad de nuestros gobernantes.
Por ejemplo, es maravilloso el comportamiento de los taxistas, de los trabajadores del Samur (que van a donar sus horas extra a las víctimas), de los bomberos, de la Policía Municipal, de la Policía Nacional, de los médicos y sanitarios que han trabajado hasta tres turnos, de las víctimas que viajaban en el tren y se quedaron a ayudar, de los vecinos que bajaron mantas y vieron el terror; en fin, del ciudadano madrileño en general que sufrió y ayudó.
Ahora se están abriendo cuentas de solidaridad y están apareciendo ONG que venden camisetas para las víctimas.
Y esto no me parece bien, porque la ayuda a las familias debe salir directamente de las arcas del Estado.
A estas familias que han perdido a un ser querido no hay que darles limosna, hay que retribuirles lo que el Estado no ha sabido defender.
¿Y qué me decís de los heridos que se van a quedar paralíticos, sordos, amputados, necesitados de una máquina? ¿Qué hay que darles? ¿18.000 euros? ¿30.000? ¿60.000, en el mejor de los casos?
Sinceramente, me parece vergonzoso que no se esté abriendo este debate, porque todos sabemos cuáles son las indemnizaciones del Estado (a las familias del Yakolev 42 fueron de 60.000 euros, es decir, 10.000.000 de pesetas).
¿Es esto justo? Yo creo que no. Y no puedo admitir que se me diga que no hay dinero para esto, cuando sí hay dinero para comprar con 600 millones de euros tubos para el Plan Hidrológico Nacional, que se van a quedar amontonados y sin usar, porque ya se sabe que esa obra es inviable.
Por favor, llamemos a las cosas por su nombre.
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