Insomnios y pesadillas

Transcurridos 12 días desde que acabaron su trabajo, los forenses Andrés Bedate y José Luis Prieto explican que están tranquilos, que siguen trabajando con normalidad, pero que les ocurren cosas que antes de los atentados no les ocurrían. "Alguien ha dicho que a esto se le llama estrés postraumático. Yo lo que sé es que ahora me despierto con pesadillas y antes no me despertaba. Imagino que es la tensión acumulada en aquellos días", explica Bedate. El caso de José Luis Prieto es parecido. "Yo no me despierto, pero sueño con cadáveres. No es nada concreto, son secuencias difusas de aquello".

Con todo, ninguno de los dos ha recibido asistencia psicológica ni creen necesitarla, posiblemente porque están muy curtidos mentalmente a causa de su especialidad. El presidente del Colegio de Psicólogos de Madrid, Fernando Chacón, explica que algunos de los forenses que estuvieron trabajando aquellos días ya están siendo tratados como consecuencia de las secuelas que les dejó la experiencia.

La noción del tiempo

"Yo admito que perdimos la noción del tiempo, que llega un momento en que estás tan centrado en tu trabajo que no piensas en otra cosa. Te duele todo, pero has de seguir adelante. Te duchas y no sirve de nada, sigues en tensión", cuenta Bedate. El lunes 22 de marzo, al día siguiente de acabar la identificación, los forenses acudieron a trabajar como si tal cosa. Al día siguiente, Prieto se desmoronó, "física y mentalmente", dice él. "Con el paso de los días siguientes te vas recuperando, pero nada es igual".

Pese a todo, los dos coinciden en que las víctimas ya están enterradas, pero que queda un enorme trabajo para los forenses que se irá exteriorizando en los próximos meses. "Estos días hemos estudiado a los muertos, pero pronto empezaremos a estudiar a los vivos por las secuelas que sufren. Hasta dónde llegará ese daño es prematuro valorarlo", dice Bedate.