Los acreedores dan a Euro Disney dos meses para evitar la suspensión de pagos
El parque debe presentar un plan para reestructurar una deuda de 2.200 millones de euros
Euro Disney logró ayer de sus acreedores una tregua de dos meses para sortear la suspensión de pagos. Pero para el 31 de mayo, el grupo francés debe explicar cómo hará frente a un pago de 168 millones de euros que vencen en junio y cómo piensa pagar la totalidad de la deuda, que alcanza los 2.200 millones de euros. Si Euro Disney no da en dos meses la solución que debía presentar en una semana, el grupo difícilmente podrá evitar la quiebra por segunda vez en su historia, ya que en 1994, dos años después de abrir, el parque estuvo en la misma situación y se libró por los pelos.
Mickey, Gooffy y los demás personajes de Disney continúan sin encontrar una solución a las graves dificultades financieras de la empresa que gestiona dos parques de ocio en Marne-la-Vallèe, a las puertas de París. Lastrada por una deuda de 2.200 millones de euros, la empresa que les da trabajo advierte de que no podrá hacer frente a las obligaciones contraídas con sus acreedores, si antes del 31 de mayo no se encuentra "una solución aceptable para todos a la situación financiera del grupo". Hasta ayer, la fecha fatídica era la del 31 de marzo, de modo que la novedad consiste en un aplazamiento de dos meses en la presión de los acreedores.
"La finalidad de esta prolongación es la de dar más tiempo a las diferentes partes para encontrar una solución", afirma Euro Disney a través de un comunicado, advirtiendo de que el grupo "no estará en condiciones de honrar el conjunto de sus obligaciones relacionadas con el servicio de la deuda" si no hay acuerdo en la nueva fecha prevista. La expresión es idéntica a la utilizada en sendas notas anteriores, de julio y noviembre de 2003, todas ellas destinadas a pedir ayuda.
Los bancos deciden
Uno de los acreedores es la casa madre, la Walt Disney Company. Pero la parte más grande del endeudamiento consiste en préstamos del orden de 1.700 millones de euros concedidos por la Caja de Depósitos, BNP Paribas, Crédit Agricole y otras entidades francesas. La prórroga de dos meses ha sido posible a cambio de elevar en 40 millones de euros los depósitos de garantía en beneficio de los prestamistas, lo cual eleva el monto de esos depósitos a 100 millones.
A juicio de observadores anónimos citados por el diario Le Figaro, la empresa que explota los parques Disney "no podrá evitar una nueva recapitalización" para corregir el desequilibrio entre fondos propios y deudas. Euro Disney superó, no sin penas, su primera reestructuración de deuda en 1994, apenas dos años después de arrancar con muy mal pie. Las entradas a un precio excesivo, la mala imagen, la nula europeización de los servicios, y un cálculo muy inflado del efecto positivo del parque sobre el precio del suelo vecino; borraron la sonrisa de Mickey Mouse y sus colegas en un santiamén.
En 1999, cuando el parque mostraba unos signos que podían interpretarse como de recuperación, a la dirección se le ocurrió destinar 610 millones de euros para construir un nuevo parque, anexo al primero, dedicado al cine y la televisión. Con la incorporación del Walt Disney Studios Park en 2002, el complejo quedó conformado por dos parques temáticos, siete hoteles, dos centros de convenciones, el centro comercial Disney Village y un campo de golf. Para alcanzar la rentabilidad, se calculó que las instalaciones debían atraer 17 millones de turistas al año, unos cinco millones más que los que actualmente acuden.
Pero los parques de París continúan sufriendo de la crisis turística provocada por la psicosis de atentados del 11-S, el elevado coste de explotación y el escaso éxito obtenido por el segundo de los parques. Euro Disney lanzó la primera señal de alarma en el verano pasado, anunciando que no podría respetar ciertos compromisos financieros, entre ellos los referidos a un crédito de 168 millones de euros concedido por The Walt Disney Company, dueña de la filial europea al 39%. La casa madre sufre además una situación muy complicada, amenazada por una OPA del operador de cable Comcast. La incertidumbre respecto a Disney ha paralizado las negociaciones financieras con los acreedores para salir del atolladero en la filial francesa.
Éstos, sin embargo, parecen confiar en la estrategia del nuevo presidente de Euro Disney, André Lacroix, que lleva un año en el cargo y conduce una estrategia considerada comercialmente más agresiva. Los acreedores le han permitido anunciar la prórroga de dos meses en vísperas de una asamblea general de accionistas de la empresa. Bajo la gestión del nuevo presidente, la cifra de negocios creció el 1% en el último trimestre de 2003, invirtiéndose así la tendencia negativa de los periodos anteriores, con caídas del 7% en primavera y del 11% en el verano.
El hundimiento de los parques de Disney en París provocaría tal desastre que en realidad cuesta creer que llegue a producirse. Los bancos no podrían recuperar sus préstamos y la región de París perdería en torno a 12.000 empleos, entre las principales consecuencias directas.
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