El Albacete triunfa con orden ante el Valladolid
El Albacete es ante todo un equipo ordenado, bien cosido por su entrenador, César Ferrando, un conjunto que no desfallece en la presión y que junta y estira sus líneas como un acordeón. Con esos argumentos despachó ayer al Valladolid y aleja de paso la amenaza del descenso unos metros más.
Aranda protagonizó el arranque del partido. Recuperó la titularidad el día en que se cumplían tres meses de su último gol, al Athletic, y en apenas 10 minutos volvió a abrir el grifo: entre él y el defensa Jonathan firmaron el primer tanto. La sonrisa se le torció poco después, cuando sufrió una luxación de hombro tras una caída y fue sustituido. Podría estar un mes de baja.
El lugar de Aranda lo ocupó Mikel, delantero cortado por el mismo patrón: peleón, cabeceador, impulsivo. Tuvo encontronazos con los defensas y el portero, e incluso le abrió una brecha en la ceja a Jonathan de un codazo. También sentenció el partido en la segunda parte, con una volea que golpeó en Peña y confundió a Bizzarri. Es su cuarto tanto en la Liga pese a ser uno de los descartes de Ferrando en el inicio del torneo.
ALBACETE 2 - VALLADOLID 0
Albacete: Almunia; Óscar, Pablo, Siviero, Peña; Álvaro, David Sánchez (Parri, m. 57); Redondo, Pacheco (Delporte, m. 72), Munteanu; y Aranda (Mikel, m. 24).
Valladolid: Bizarri; Torres Gómez (Zapata, min. 78), Peña, Caminero, Jonathan, Marcos (Chema, m. 67); Jesús; Sales, Sousa, Óscar; y Losada.
Goles: 1-0. M. 10. Aranda. 2-0. M. 57. Mikel.
Árbitro: Losantos Omar. Amonestó a Álvaro, Jesús, Sousa, Óscar y Sales.
Unos 16.000 espectadores en el Carlos Belmonte. Dos niños soltaron dos palomas blancas antes del partido como recuerdo a las víctimas del 11-M.
El Valladolid aguantó el tiroteo del Albacete en la primera parte -Pacheco, Redondo, Álvaro y Pablo tuvieron buenas ocasiones- y buscó el gol sin ideas en la segunda. Sin Makukula, lesionado, el equipo de Fernando Vázquez ha perdido su diana y el sentido de su fútbol. Parece un equipo sin mucha clarividencia. La impresión contraria da el grupo de Ferrando, en el que David Sánchez se ha hecho con el timón del juego. Con orden y unas cuantas ideas simples, la permanencia parece más cercana.
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