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"A las familias no les interesa el dinero ni la venganza, sólo la verdad"

Juan Carlos Sanz

"No les interesaba el dinero de las indemnizaciones ni la venganza. Sólo querían saber la verdad". Es el principal recuerdo que conserva la abogada turca Belkis Baysal de su primera reunión en España, el pasado otoño, con familiares de las víctimas del accidente del Yak-42. "Entonces me impresionó la mirada de las mujeres, la insistencia de sus preguntas...".

El despacho de la letrada Baysal, que destaca por su experiencia en la defensa de los derechos humanos en Turquía, se recupera poco a poco del desorden causado por la explosión, hace tres meses, de una bomba en el cercano consulado británico en Estambul.

La abogada ha recibido el encargo de reclamar la responsabilidad civil: la compensación por los daños y perjuicios causados a los herederos de los 62 militares muertos en el accidente.

"A punto de desmayarse, una mujer, me pidió en Madrid que hiciera algo por ellos, porque tenían dudas sobre la identidad de los cadáveres que habían enterrado", recuerda Baysal.

"Ésa no era mi misión", explica, "pero creía que podía servir para reconfortar a las familias y ayudarlas a asumir la realidad". Luego vino un tira y afloja en los tribunales de Maçka, en la provincia colindante a Trabzon. "Como juristas, los fiscales estaban de acuerdo conmigo: los familiares tienen derecho a saber". Mientras los funcionarios solicitaban permiso a sus superiores en Ankara, ella telefoneó también al Ministerio de Justicia para agilizar la entrega de los documentos relativos a la identificación de los cadáveres.

"Los fiscales de Maçka me transmitieron su impresión de que en las horas posteriores al accidente las autoridades españolas parecían tener tanta prisa en repatriar los cadáveres que pudo haber algunos inconvenientes", relata la abogada.

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"Eligieron con mucho cuidado las palabras de los documentos que redactaron para evitar problemas de interpretación en el futuro", agrega, en alusión al protocolo de identificación de los cadáveres redactado por los fiscales de Maçka.

Cuando recibieron la orden del Ministerio de Justicia turco, que ya había consultado antes con el Ministerio de Asuntos Exteriores, de entregar los cuerpos a los representantes de la Embajada de España, ya se había "tenido el cuidado" de tomar muestras de ADN de los cadáveres "para que sirva a posibles procedimientos judiciales futuros", según la abogada de las familias.

"Me pongo en el lugar de mis clientes cuando muestran su inquietud por saber la verdad, pero el procedimiento puede ser muy complejo", advierte.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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