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'Maximinos' discretos

La habitual y glamorosa fiesta de los finalistas a los Premios Max de las Artes Escénicas se convirtió este año en un acto sencillo e íntimo, que comenzó con un minuto de silencio en memoria de las víctimas del atentado del 11-M, seguido de un caluroso y cerrado aplauso. No obstante, el evento, celebrado la noche del pasado lunes, día de descanso de las gentes de la escena, en el Invernadero de la Arganzuela de Madrid, congregó a un buen número de famosos, que evitaron lucir sus mejores galas, como en otras ocasiones. Muchos de ellos recibieron sus maximinos, pequeña estatuilla que reproduce una manzana de bronce diseñada por Joan Brossa y que se entrega a los aspirantes a algún Premio Max, de las 23 modalidades que existen. Estos antepremios fueron entregados por los anfitriones del encuentro: Eduardo Bautista, presidente del Consejo de Dirección de la SGAE, promotora de los galardones; Alicia Moreno, concejal de las Artes del Ayuntamiento de Madrid, y Juan Antonio Belloch, alcalde de Zaragoza, ciudad que acogerá la gala de entrega de los premios el próximo 26 de abril. Entre los finalistas se encontraban en el acto el escenógrafo Andrea D'Odorico; los actores Carlos Hipólito, Miguel Ángel Solá, Gloria Muñoz y Blanca Portillo; los directores Àlex Rigola y Luis Olmos; la bailarina Cristina Hoyos, y el guitarrista flamenco Tomatito, entre otros muchos.-

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