El perfil del espectador de teatro es el de una mujer casada, de renta media

El perfil medio de la persona que asiste al teatro público en la Comunidad Valenciana corresponde al de una mujer de 25 a 44 años, casada con hijos, con estudios medios y una renta media. Ésta es una de las conclusiones extrapoladas del reciente estudio realizado por la Red Española de Teatros, Auditorios y Circuitos de Titularidad Pública. El perfil medio del espectador valenciano difiere del nacional en que en el primero predominan los casados y con hijos. Otra particularidad es que el 47% de los espectadores valencianos tienen unos ingresos inferiores a los 18.000 euros al año, lo que rompe con el extendido estereotipo que asocia la asistencia a los espectáculos teatrales con la pertenencia a una clase social con un poder económico elevado.

El estudio, publicado en el libro Marketing cultural. El enfoque relacional de las Artes Escénicas, elaborado por la economista María José Quero, analiza la gestión de los espacios escénicos públicos desde la perspectiva del marketing relacional, así como el perfil de los espectadores y el público en general en España.

Los datos extraídos concluyen que los espectadores casados (46%) y los divorciados (23%) van más a espectáculos escénicos que en el resto de España (cuya media española es de 38% y 6,5%, respectivamente). La mayoría de los valencianos, además, prefiere ir en compañía de amigos a los montajes. En concreto, el 65% frente al 45%, nacional.

En cuanto a la edad de los espectadores, sólo el 1,2% de los jóvenes entre 14 y 25 años acude al teatro, un nivel muy bajo, dado que la media española se sitúa en el 4,2%. El estudio también incide en que la movilidad de los espectadores valencianos que asisten desde poblaciones de los alrededores es también "muy escasa". El 67% del público procede de la capital de la provincia y sólo el 16%, de poblaciones situadas a menos de 30 kilómetros de la capital.

La economista apunta en su estudio la importancia a la hora de ir al teatro del grupo de amigos y familiares, por lo que Quero sostiene que "es necesario reforzar las estrategias de educación escolar que fomentan el consumo familiar y de su grupos". Está comprobado que la audiencia que ha asistido a edades tempranas a actividades escénicas registra posteriormente un mayor consumo. La motivación más frecuente para asistir a una representación es "el entretenimiento", seguido del desarrollo de una afición y del aprendizaje de la misma, y en tercer lugar por el interés de "ver a artistas conocidos".

El estudio hace hincapié en la "escasez de políticas dirigidas a captar espectadores de menor edad".