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Reportaje:FÚTBOL | Internacional

Bandera de conveniencia

Los brasileños Ailton, máximo goleador de la Liga alemana, Dede y Leandro negocian nacionalizarse y jugar con Qatar por un millón de dólares

El máximo goleador de la Liga alemana, el brasileño Ailton, de 30 años, que juega en el líder, el Werder Bremen, busca un sobresueldo. Los hermanos Dede y Leandro, del Borussia de Dortmund y compatriotas suyos, negocian hacerse ciudadanos de Qatar para jugar con su selección las fase clasificatoria para el Mundial de Alemania 2006. La decisión de Ailton molesta no sólo al Werder, sino también al club que ya le ha fichado para el próximo curso, el Schalke.

Ailton se está saliendo. Casi desconocido, fichó hace cinco años por el Werder y ha jugado unos 160 partidos de la Bundesliga y marcado 82 goles. Se ha convertido en la base sobre la que se asienta el liderato de su equipo, que aventaja en nueve puntos al segundo, el Bayern de Múnich. En vena realizadora, suma 22 goles, más que nadie -el holandés Makaay lleva 17-: 12 con su pierna izquierda, cuatro con la derecha, cinco de penalti y uno de cabeza.

Gordito, redondo como una bola, con 1,77 metros y 74 kilos, a Ailton le llaman la bola relámpago. Cuando mete la directa en los últimos metros, deja atrás a los defensas más atléticos y se planta ante el portero para regatearle con frecuencia y permitirse marcar de chanfla con el exterior del pie. Sus carreras recuerdan a Ronaldo y su frialdad en el área a Romario.

Ailton llegó al Bremen procedente del equipo mexicano de la Universidad de Nuevo León y jamás ha sido internacional con Brasil. Este detalle y los huecos en la normativa de la FIFA han dado a los dirigentes deportivos de Qatar la idea de nacionalizarlo y comprar sus goles por un buen puñado de dólares para las eliminatorias mundialistas.

Gracias a la omnipotencia de los jeques petroleros, basta un sencillo trámite, una firmita, para convertir a Ailton, y a otros que podrían seguir sus pasos, en qataríes sin necesidad de dejar de ser brasileños. La tentación es fuerte y parece que al menos él no se ha podido resistir a ella: un millón de dólares por fichar por la selección del emirato y 400.000 más por cada curso. Ya viajó hasta allí, pero no se llegó a la firma definitiva a la espera de resolver algunos detalles.

Al tiempo, Ailton cumple su contrato con el Werder y ya se ha comprometido con el Schalke, entrenado por Jupp Heynckes, viejo conocido de la afición española. La directiva de su club actual temía que, al fichar por otro conjunto, perdería motivación, pero no ha sido así. Cada jornada muestra un Ailton más clarividente. A su entrenador, Thomas Schaaf, no le hace gracia la perspectiva de sus desplazamientos a Qatar, pero Ailton le replica que sería peor si jugase con la selección de su país: los traslados durarían el doble y tendría que jugar más encuentros. Lo mismo argumenta ante su futuro empresario, el Schalke, cuyos directivos se lamentan al pensar que se les escapará de vez en cuando.

A los hinchas del Werder les ha tapado Ailton la boca a base de goles. Para completar la faena y dejar constancia de su amor al club, ha anunciado que, si ganan la Liga, se casará con su compañera sentimental y madre de sus hijos en el estadio del club.

No se fue solo Ailton a Qatar. Viajó acompañado de Dede, de 25 años, lateral zurdo del Borussia de Dortmund, y del hermano de éste, Leandro, de 26, que calienta desde hace tres el banco de los suplentes.

A la FIFA le molestan las maniobras de Qatar para componer a golpe de talonario una selección de mercenarios y ya está convocada una reunión de urgencia por parte de su presidente, Joseph Blatter, para tratar el asunto. Ailton se muestra asombrado de la reacción del máximo organismo y argumenta que Alemania también nacionalizó en su día al brasileño Rink y al surafricano Dundee.

Al que le puede traer malas consecuencias el fichaje por Qatar es a Dede, por quien estaba interesado el Bayern. El presidente del consejo de administración del club bávaro, Karl-Heinz Rummenigge, ha declarado: "Lo que necesitamos son futbolistas como Sagnol, que se operan y salen a jugar al campo [jugó contra el Madrid con un brazo recién intervenido] y no gente como Ailton y Dede, que se suben al primer avión para lograr un sueldo extra con cualquier jeque".

Ailton festeja uno de sus goles en el Werder Bremen.
Ailton festeja uno de sus goles en el Werder Bremen.ASSOCIATED PRESS

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