Con derecho a soñar

Por los corrillos de los aficionados que han seguido durante dos semanas los golpes de stick de la selección española de hockey sobre hierba en el Torneo Preolímpico de Madrid resuena un nombre: Freixa. Con siete tantos, el delantero (

Terrassa, 13 de febrero de 1983) ha contribuido como nadie al sellado del billete para los Juegos de Atenas del equipo de Maurits Hendriks -subcampeón tras perder ayer (1-2) frente a Holanda en la prórroga de la final- y se intuye como uno de las esperanzas de un deporte para románticos, pero que desde 1960 atesora en su versión masculina -frente al oro de las mujeres en Barcelona 92- dos platas (Moscú 80 y Atlanta 96) y un bronce olímpicos (Roma 60) y dos subcampeonatos mundiales (Barcelona 71 y Utrecht 98).

Freixa no es el único pilar del combinado de espaldas gachas. Comparte los piropos con un veterano, Xavi Ribas (16 de febrero de 1976), un central tan letal en el área propia como arma ofensiva (cuatro goles) en la ajena y natural también de Terrassa,

denominación de origen del hockey español, que mañana pasará por el quirófano para que le arreglen su fracturada muñeca izquierda, afeada por un pelotazo frente a Polonia. "Hemos pagado un precio muy alto", se lamenta Hendriks, un holandés que lo sabe todo de un deporte con el que se ha moldeado un currículo impresionante al frente de los oranges (oro en Atlanta 96 y Sydney 2000; Mundial de 1998 y Europeo de 1997) y que desde junio de 2002 espera a hacer algo memorable con España.

"Dispongo de una mezcla de jugadores muy maduros y con brillo... Pero en el deporte de alto rendimiento no se hacen campeones en un año", asevera Hendriks.De momento, Ribas y Freixa

son dos de sus portaestandartes. Como dos gotas de agua, guardan más que parecidos: explosivos, confiados, excelentes gestores de goles: Japón, Suráfrica, Polonia, Holanda, Reino Unido... Si no marcaba uno, era el otro. Así, hasta estar detrás de la autoría de 11 de los 22 goles españoles en el Preolímpico.

Freixa, que a los 17 años empezó su historia como el nuevo contrafuerte de la hierba española, quita importancia a sus actuaciones, a las de él y a las de Ribas: "Tenemos el rol de tiradores de penaltis y esto te da la oportunidad de encarar jugadas... Por eso se ha hablado un poco más de nosotros", cuenta. Hendriks sonríe al hablar de él. "Santi ya ha hecho grandes cosas para un jugador tan joven, aunque su talento puede mejorar por el nivel de los jugadores que le rodean... Porque un Ronaldo solo ¿qué hace?", se pregunta.

Todo influye, incluido el Rh. Por las venas de Freixa corre sangre olímpica. "Tengo cuatro tíos olímpicos y nací con un palo en la mano como aquél que dice", confía el catalán. Ribas, al contrario, es el primerizo de la familia. "Mis padres eran socios del Atletic de Terrassa

y...". Otra cosa, paradoja amateur, es que piensen vivir de la pasión que revoluciona sus pulsaciones. "Estudio 3º de Comercio Internacional y, claro, después del Preolímpico, haz los exámenes, y no suspendas porque tienes un verano a tope con el hockey", dice Freixa. Las mismas palabras de Ribas, aunque su futuro está ligado a su Atletic, en el que entrena a sus cachorros.

Por cosas de familia, quizás para Freixa ir a los Juegos sea más que una satisfacción. "Es sorprendente. Estás tres años en la sombra y en el año olímpico todo lo contrario", advierte con cierta indignación para tirar de números: "Holanda tiene 20 veces más fichas que nosotros [6.000]. Tenemos mucho mérito codeándonos con las grandes potencias. Lo nuestro es una paradoja, pero nos hemos ganado el derecho a soñar".