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ELECCIONES 2004

Cuatro ministros a la caza del voto del PP

Zaplana y Camps han realizado su propia campaña con la vista puesta en el interior del partido

El Partido Popular en la Comunidad Valenciana ha realizado una campaña electoral marcada por sus cabezas de cartel: tres ministros que han tenido que compatibilizar los actos electorales en sus circunscripciones con sus tareas de Gobierno y su presencia en medios de comunicación estatales. De los cuatro ministros presentes en las listas del PP, dos han sido los que han tenido que pelear en mayor medida para que sus mensajes de campaña no quedasen difuminados: el titular de Defensa y número uno por Alicante, Federico Trillo, y el portavoz del Gobierno y presidente regional del PP, Eduardo Zaplana. Para Trillo estos 15 días en los que ha solicitado el voto a la ciudadanía se han convertido en una carrera de obstáculos donde ha tenido que hacer frente a sus propios desaciertos de campaña, por un lado, y de gestión, por otro. Así, Trillo, que tiene la obligación de defender el escaño número 7 por Alicante, cobró protagonismo informativo por lanzar un euro a una periodista que le preguntó por las armas de destrucción masiva en Irak, primero, y, días después, por asegurar que le hubiese gustado ser ministro de Defensa para tomar la isla de Perejil ocho años antes. Por si las polémicas relacionadas con sus actos electorales, con incidente diplomático incluido, no habían sido suficientes, el candidato del PP por Alicante se tuvo que enfrentar a nuevas informaciones sobre el accidente del Yak-42 que ponían en cuestión la gestión realizada por su departamento. Cuestiones todas ellas que han empañado la línea argumental del PP en esta circunscripción centrada en la defensa del Plan Hidrológico Nacional, en la que colaboró el propio presidente del Gobierno, José María Aznar, colocando una de las primeras piedras de una parte de las infraestructuras previstas.

Las polémicas de Trillo empañan la línea argumental del PHN en Alicante
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En la circunscripción de Valencia, la campaña electoral de Eduardo Zaplana también ha estado llena de altibajos porque sus obligaciones como portavoz del Gobierno le han obligado a estar casi más tiempo en la capital de España que en la pugna por el voto en tierras valencianas. Zaplana ha optado en estos 15 días por el mitin clásico y una presencia abrumadora en las pantallas de televisión. Una estrategia en la que ha tenido que convivir con la contribución del Consell de Francisco Camps a la campaña electoral. Ambos dirigentes han realizado su propia campaña mirando hacia el interior del partido, donde se disputan el liderazgo orgánico, lo que ha provocado que ambos solapasen sus actos electorales. Así, con pocos días de diferencia, Zaplana y Camps, por separado, han realizado actos de partido en los mismos municipios con los mismos militantes. Las comarcas de La Ribera, L'Horta, Camp de Turia y Camp de Morvedre han sido algunos de los escenarios donde Eduardo Zaplana y Francisco Camps han realizado sus propias propuestas.

El candidato popular por Valencia, Eduardo Zaplana, ha sabido sortear con mayor acierto que Federico Trillo los obstáculos con los que se ha encontrado en campaña. Así, tras momentos de indecisión, el cabeza de cartel por Valencia ha sorteado cuestiones comprometidas como el caso Fabra, los contratos del Ivex con Julio Iglesias durante su etapa como presidente de la Generalitat, sus desplazamientos en avión privado o el escándalo montado en el Ayuntamiento de Orihuela tras la denuncia de una trabajadora a un concejal del PP. El dirigente popular ha hecho valer sus méritos al frente del Ministerio de Trabajo, fundamentalmente en materia de pensiones, y ha convertido la alianza de los socialistas catalanes con Esquerra Republicana en la punta de lanza de sus críticas hacia el Partido Socialista.

En Castellón, el ministro de Ciencia y Tecnología, Juan Costa, ha tenido una campaña más tranquila centrada en vender la gestión del Gobierno y en evitar significarse respecto a la situación del presidente de la Diputación, Carlos Fabra, que le ha acompañado en todos sus mítines, informa María Fabra. Bien posicionado en el PP en el ámbito estatal y autonómico, Costa ha contado con la ayuda del Consell para rebatir buena parte del argumentario utilizado por su adversario socialista Jordi Sevilla.

Mención aparte merece el ministro de Justicia, José María Michavila, que al margen de la agenda electoral elaborada por el PP se ha limitado a reforzar el liderazgo orgánico de Francisco Camps y a evitar el protagonismo en los medios de comunicación valencianos, ya que su carrera política se sigue centrando en Madrid

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