El 'conseller en cap' acusa al Gobierno del PP de ocultar información sobre el atentado

La tensión política subió anoche en Barcelona cuando, con unos 3.000 manifestantes ante la sede de la Delegación del Gobierno y 5.000 ante la del PP atribuyendo el atentado de Madrid a la implicación de España en la guerra de Irak, el conseller en cap, Josep Bargalló, pidió al Gobierno que "asuma las conclusiones actuales de sus propios servicios de seguridad y no pretenda hacer un uso electoralista" del atentado. PSC e ICV pidieron la dimisión del ministro del Interior, Ángel Acebes, "por la gigantesca manipulación" para evitar que el atentado se relacionara "con la guerra y la ilegal ocupación de Irak".

Bargalló informó de que ha tenido conocimiento "a nivel personal" de información de los servicios de investigación del Estado y de servicios internacionales que confirman que "todas las pruebas halladas sobre el atentado de Madrid apuntan a una organización de carácter islámico". El conseller en cap hizo también un llamamiento a la "calma ciudadana" y pidió a los medios de comunicación que, "a pesar de las presiones que reciben en estos momentos, actúen con criterios éticos y deontológicos" y den prioridad a "su misión social y de información veraz a la ciudadanía". Bargalló pidió a los medios que "no acepten censuras" y afirmó: "Nuestra democracia se la juega mucho y está en buena parte en sus manos".

A estas palabras replicó inmediatamente la delegada del Gobierno, Susanna Bouis, quien rechazó "cualquier acusación de que el Gobierno esconda información" y aseguró que denuncias como la de Bargalló "no hacen más que generar intolerancia y actos de violencia". En ese momento, varias manifestaciones se producían en Barcelona y confluían hacia la sede del PP.

Por la mañana, todos los partidos catalanes salvo el PP habían acusado ya al Gobierno de estar retrasando y manipulando la información sobre el atentado de Madrid. Convergència i Unió (CiU) advirtió, por boca del secretario general adjunto de la federación, Pere Macias, que si se estuviera reteniendo información o engañando a la opinión pública el día anterior a unas elecciones, como era la sospecha generalizada, se abriría "una crisis moral y política de consecuencias imprevisibles".

La dirección del PSC se mostró "profundamente escandalizada" por la acumulación de datos sobre la manipulación llevada a cabo por el PP "para apuntar en una sola dirección", la de ETA, a la hora de atribuir el atentado, a pesar de disponer de elementos que apuntaban hacia otra. El portavoz del PSC, Miquel Iceta, reclamó "transparencia, celeridad e información veraz", y recordó que los ciudadanos que se manifestaron el pasado viernes en Madrid preguntaban: "¿Quién ha sido?".

El portavoz de Esquerra Republicana (ERC), Joan Ridao, convocó una conferencia de prensa para denunciar que cada hora que pasa crece "la confusión y la incertidumbre", la sensación de estar viviendo "una democracia de opereta" y la sospecha de "un engaño con finalidades electorales". Ridao enumeró los factores que a juicio de ERC justifican la sospecha de que el Gobierno "está ocultando la verdad para no asumir sus responsabilidades políticas". Destacó los cambios de criterio del ministro del Interior, Ángel Acebes, la "total credibilidad" que a los ojos de ERC tiene el comunicado de ETA negando ser la autora del atentado, y la coincidencia de la prensa internacional, los expertos en islamismo y las cancillerías al atribuir el atentado a "grupos islámicos como Al Qaeda".

Iniciativa Verds emitió un comunicado en el que exige a los ministros del PP que "dejen de confundir y manipular y no se aprovechen de forma chapucera de la tragedia provocada por los terroristas".