La apuesta por los delanteros le sale bien al Zaragoza

Las fuerzas de dos equipos en racha chocaron ayer en La Romareda, pero fue el Zaragoza el que consiguió su tercera victoria consecutiva, entre otras cosas, gracias a la decisión de su técnico de meter toda la artillería en el segundo tiempo, con Villa, Juanele y Yordi juntos en el terreno.

Los dos equipos basaron su estrategia en el contragolpe. Ninguno quiso hacer ningún moviemiento precipitado y las defensas, en esa tesitura, mediatizaron el juego. Los puntas del Zaragoza apenas entraban en juego y cuando lo hacían acababan confundidos dentro del laberinto defensivo del Málaga.

Movilla, el motor del Zaragoza, estaba encorsetado por el marcaje al que se veía sometido por parte de Miguel Ángel. Una circunstancia que lastró el juego del conjunto aragonés.

La delantera del equipo andaluz, con Salva y Edgar y en punta, tampoco hizo gran cosa, sobre todo porque ambos caían una y otra vez en la trampa del fuera de juego. El peligro andaluz se reducía a las jugadas a balón parado.

El Málaga, sin hacer nada del otro mundo, mantenía el control del encuentro gracias a la presión constante, sobre todo a la salida del balón por los laterales del Zaragoza. La idea principal era que la pelota no le llegase limpia a Movilla. Lo consiguieron.

Así, Víctor Muñoz decidió apostar por la acumulación de delanteros. Entró Juanele por Drulic y, posteriormente, sacrificaría a un defensa para introducir a otro delantero: Yordi, el autor del tanto. Eso hizo abrir las esclusas del equipo andaluz.

En definitiva, la apuesta de Víctor Muñoz de alinear a tres delanteros, cosa inédita en La Romareda desde hace varias temporadas, salió bien. Los tres intervinieron en la jugada del gol que daría el triunfo al Zaragoza. Juanele encontró un pase hacia Yordi que vio solo a Villa y el asturiano no perdonó en el mano a mano ante Arnau. A pesar del esfuerzo final del Málaga para no dejar esos tres puntos en La Romareda el equipo de Juande Ramos rompió ayer su buena racha.