Mercadillo
No he probado desde que llegué a Granada tomates, aguacates y mandarinas más buenas que las que compro en el mercadillo que ponen los domingos en el polígono de Almanjayar. Este barrio, donde no hay por lo general mucho movimiento, se llena las mañanas de los domingos de gente que viene de toda la ciudad a comprar desde ropa hasta verduras de todo tipo, en un ambiente de charla y bullicio. Todo ese encanto se rompe con la llegada, domingo tras domingo, de la policía, que irrumpe de pronto provocando un revuelo general. A los clientes nos toca esperar a que decidan marcharse mientras los vendedores se encierran en sus furgonetas con su mercancía "ilegal", es decir, productos que en el caso de los vendedores de frutas y verduras, cultivan en su mayoría ellos mismos como medio de subsistencia. Después del paseo de rigor, los agentes se van por donde han venido y todo vuelve a la normalidad. Me gustaría saber si no hay en Granada asuntos más urgentes que requieran la intervención de la policía, como para que tengan que venir cada domingo a aguarnos la fiesta a humildes compradores y vendedores. ¿O tendremos que ir obligatoriamente a comprar la fruta en esos grandes supermercados donde sabe a plástico? Me gustaría pedirles que se dediquen a perseguir y detener a delincuentes de los de verdad y dejen a la gente honrada ganarse la vida en paz.
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