A todo volumen
El PSPV celebra un acto pasado de decibelios en su sede de Puçol ante un público de la tercera edad
Varios vecinos escuchan al alcalde de Puçol arremolinados a las puertas de la sede socialista: No caben. La causa no es tanto la gran asistencia de público cuanto el aforo del local, que el jueves, día de celebración del acto, estaba abarrotado por unas 70 personas.
En el interior, flanqueado por la foto del anterior alcalde, la de Felipe González y la suya propia, Josep Maria Iborra conduce el mitin con energía. Su discurso localista tiene la virtud de relacionar las críticas que se hacen al Gobierno del Partido Popular con los problemas del pueblo: ¿Que Aznar ha reducido el número de policías y guardias civiles? Pues la Policía Local tiene que asumir ese déficit, "que cuesta mucho dinero". ¿Qué ha bajado los impuestos "a los ricos"? Pues hay pocos fondos para los servicios municipales. Y ya que está, el alcalde aprovecha para dar un considerable repaso a los representantes municipales del Bloc y de Esquerra Unida.
El alcalde tiene la virtud de ligar cada crítica al PP con los problemas del pueblo
Acaba Iborra y le llega el turno a Carmen Montón, candidata número tres del PSOE al parlamento. Contagiada por el estilo del alcalde, Montón se muestra briosa, aunque su lenguaje, con expresiones como "trío de las azores" o "ley integral contra la violencia de género" parece menos eficaz entre la audiencia que el del alcalde.
La juventud de Montón, 27 años, contrasta con la edad media de los asistentes, que supera los 60. Esto quizá explique que su voz se escuche a un volumen casi ensordecedor. Más difícil de justificar es el formidable altavoz instalado fuera del local, que lleva los discursos hasta el último rincón de la calle.
Los peatones no parecen disgustados. El motivo, explica uno de ellos, sería que "Puçol siempre ha sido socialista". El PSPV gobierna aquí desde la transición, aunque los últimos comicios lo dejaron en minoría, y necesita ahora la tolerancia de los concejales de Unió Valenciana.
Los socialistas tienen una especial ascendencia sobre los que llegaron hace décadas desde Andalucía o Castilla La Mancha. Primero para trabajar en el campo y más tarde en las fábricas de la población. Y la sede del partido está precisamente en la parte del pueblo habitada por estos valencianos de adopción.
Uno de ellos, nacido en Jaén, comenta el acto en el bar de la esquina. Curtido en muchas elecciones considera que lo de hoy no ha sido un mitin sino "una nadería". ¿Y cómo ve la cosa para el día 14? El hombre se lo piensa, apura el vaso de fino y por fin concluye: "Difícil, lo veo muy difícil".
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