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Entrevista:JORDI SEVILLA | Candidato del PSOE por Castellón | ELECCIONES 2004

"Costa ve las cosas con la distancia que da el dinero"

Hijo de "uno de los derrotados de la Guerra Civil" y huérfano de padre desde los 14 años, Jordi Sevilla quiso demostrar que la idea de su progenitor sobre la posible mejora social a través de los estudios era real. Su entrada en la política coincide con la derrota del partido socialista en las elecciones de 1996.

Economista del Estado, casado y con tres hijos, el cabeza de lista del PSOE al Congreso por Castellón ha sido asesor en la presidencia del Gobierno, con Pedro Solbes y, ahora, con José Luis Rodríguez Zapatero, su "jefe y amigo", por quien apostó desde el primer momento. Ha escrito tres libros y varios artículos y su trabajo, en materia económica, ha sido la base sobre la que se han asentado las líneas de su partido. Serio y riguroso de planteamientos, se codea con empresarios como con trabajadores. Su cabida en un posible Gobierno socialista es probable aunque, de momento, una incógnita.

"La ciudadanía debe valorar si vota a quien se está forrando desde los cargos públicos"
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Pregunta. ¿Es evitable el 3-2. Que el PP obtenga tres diputados y el PSOE, dos?

Respuesta. Evitable porque lo ha sido durante muchos años. Antes de 1993, el resultado era al contrario, a favor del PSOE. En el conjunto de votos de la provincia, sigue habiendo una mayoría de voto progresista que no siempre, ni todo él, va a las urnas y que no se concentra en la única opción de rentabilidad que es el PSOE. El 3-2 distorsiona la realidad sociológica y política de la provincia de Castellón.

P. ¿Qué tiene usted que no tenga Juan Costa, el candidato por Castellón del PP?

R. No es tanto en lo personal. La vida política está muy institucionalizada en los partidos y el único margen está en los candidatos a la presidencia. Costa es el típico niño bien de Castellón. Los que no son "bien", lo ven ajeno, más extraño que yo, que vengo de una familia de abajo, subiendo con nuestro esfuerzo y con elementos como la igualdad de oportunidades. Tengo un compromiso personal mayor que lo pueda tener Costa, que lo ve todo con la distancia que a veces proporciona el dinero de familia.

P. ¿Qué tiene Zapatero que no tenga Rajoy?

R. El compromiso con la modernización. La ambición de una España distinta. Rajoy es igual que Aznar pero con barba y con la sonrisa más fácil pero igual de falsa.

P. ¿Qué opina del intento de desmarque de Costa en el caso Fabra?

R. El PP tiene serias discrepancias internas que son convenientemente ocultadas. En la Comunidad Valenciana, cuando Zaplana entra, Camps, sale. Procuran no salir en las fotos con Fabra. Existe una desconfianza interna que se agrandará y también se refleja en Juan Costa que, después de haber hecho carrera a la sombra de Fabra, ahora marca las distancias. Si discrepa, que actúe y pida su cese. Mientras no haga eso, los gestos de distancia no se perciben y el caso Fabra puede convertirse en el caso PP.

P. ¿Cree que los procedimiento judiciales abiertos contra Carlos Fabra van a influir en el voto?

R. Siempre he creído que la justicia y la política deben ir por separado. Son ámbitos distintos de actuación y responsabilidad. Uno puede haber hecho algo legal, pero ser inmoral desde el punto de vista de la ciudadanía. La ciudadanía debe valorar si vota a un partido que tiene un responsable que se está forrando desde los cargos públicos. Quiero creer que van a pedir un cambio de regeneración democrática.

P. ¿Qué hubiera hecho el PSOE?

R. Hemos tenido alguna experiencia y todos aquellos que han sido vinculados a situaciones poco claras han sido apartados, expulsados o, en ocasiones, encarcelados.

P. ¿Cuándo acabará de purgar el PSOE por sus pecados?

R. Creo que no hemos cometido pecados, sino, individualmente, errores o delitos que ya han sido sancionados. En el PSOE hay una mayor exigencia de comportamiento ético, claro y de manos limpias. Hemos aprendido de nuestros errores y estamos en disposición de corregirlos.

P. La política ¿es el arte de lo posible?

R. Debe ser el arte de hacer posible los deseos, aspiraciones e ilusiones de la gente. A veces estamos demasiado condicionados por la limitación de la acción pública. Políticamente, la capacidad de conseguir financiación es hacer posible aquello que la sociedad desea.

P. Si no fuera político, ¿a qué se dedicaría?

R. He estado 15 años en la clandestinidad y nunca he dejado de hacer política. Una es ser diputado, pero lo he ejercido de otras. Me hubiera gustado ser novelista pero no es un secreto que carezco de virtudes para ello.

P. ¿Qué va a hacer después del 14 de marzo?

R. Si ganamos, lo que diga Rodríguez Zapatero, que será el encargado de formar gobierno. Creo que cuento con posibilidades de formar parte de él, pero si no es así, da igual. Prefiero estar, pero seguiré trabajando esté donde esté. Si no ganamos, continuaré defendiendo los compromisos con la ciudadanía y controlando el gobierno de Rajoy e intentado que las propuestas para Castellón se concreten en acciones. Seguiré en política, en cualquier caso.

P. ¿Qué dejó de darle a Zapatero para que comenzara a apostar por Miguel Sebastián?

R. Hay bulos que empiezan a correr. Es difícil pensar que se ha quebrado la confianza de Zapatero sobre mí. El programa económico del PSOE es mi programa, es el de todos los socialistas. Es un proyecto colectivo y así lo asumo y defiendo. El PSOE ha de tener un banquillo muy amplio y todos han de ser personas de primera. Hay varios candidatos para los ministerios y todos son mejores que los de Rajoy. Mi lealtad hacia Zapatero no se ha modificado.

P. Dé una razón a los jóvenes para que voten al PSOE.

R. Los jóvenes perciben las dificultades para el empleo estable, para la formación adecuada, para el acceso a la vivienda, para encontrar espacios de ocio sin guetos de marginación. A veces llegan a pensar que no tiene solución, pero no es así. Existe un estigma con el botellón y la droga cuando la sociedad no es capaz de ofrecer una alternativa. El voto del que tiene un trabajo precario vale lo mismo que el de su jefe. Lo importante es que sean distintos.

P. Dice que es usted un cunero.

R. Si cunero es presentarse por una circunscripción distinta al lugar de nacimiento, lo soy y eso no tiene arreglo. Lo importante no es si he nacido o no aquí, sino lo que he hecho y lo que estoy dispuesto a hacer. De todas formas, ahora eso sólo lo dice la gente del PP y debe ser porque no tienen otros argumentos.

P. ¿Por qué se molestan los votantes del PSOE cuando se reúne con empresarios?

R. Yo no he detectado que eso ocurra. Somos un partido de gobierno y no hay nadie que gobierne de espaldas a los empresarios. Hay algunos empresarios con unas vinculaciones públicas evidentes y es posible que los militantes no acaben de entender que el juego de la representación pública es que se coincida.

P. ¿Rato o Montoro?

R. Para una conversación, más interesante, Rato. Para asumir responsabilidades de gobierno, también Rato.

P. ¿Qué aprendió con Solbes?

R. A comprometerme con la resolución de los problemas, viendo la parte de razón del adversario. Nunca nadie tiene la razón completa y Solbes es un maestro en eso. También aprendí algo de psicología y de su trabajo, de las rentas de su trabajo ha vivido el PP.

P. ¿Ni el PP ni el PSOE le dan motivos para sonreír más?

R. Es un problema familiar. Tenemos el gesto adusto que no se corresponde con la realidad. Pero a mí, de verdad, quien me hace sonreír es mi hija.

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