Linchamiento
No se puede calificar de otra manera la serie de cargas de profundidad que desde el PP se lanzan no sobre ETA -que sería legítimo- sino sobre Carod-Rovira, por haberse atrevido a enfrentarse a los terroristas y pedirles el fin de la violencia. Linchamiento, también, contra el Gobierno democrática y legítimamente constituido en Cataluña, así como contra el Gobierno democrática y legítimamente escogido, en su día, en el País Vasco. Y linchamiento contra el PSOE en todo el Estado, porque parece que no les apoya, a los del PP, lo suficiente en la recuperación del modelo de España franquista que quieren implantar, en una segunda, y definitiva, transición hacia la autocracia más cavernaria. Linchamiento, al fin, contra todos aquellos que no comulgan con las ruedas de molino del señor Aznar, sean partidos (todos los otros), gobiernos (todos los que no son de su cuerda), pueblos enteros (especialmente el vasco y el catalán) o todos los que nos sentimos españoles pero no españolistas.
Y no hay límite ni contención: mentiras, calumnias, acusaciones, amenazas, insultos, agresiones morales... Todo vale.
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