Gorka Vidal: "¡Soy de ETA y llevo una bomba ahí dentro!"
Gorka Vidal Álvaro, de 25 años, fue abordado por dos guardias civiles, a eso de la una y media de la madrugada de ayer, cuando estaba parado con una furgoneta repleta de explosivos junto a la plaza de Cañaveras (Cuenca). Llevaba encima su documentación, puesto que se trata de un legal o no fichado, sin antecedentes, y no llevaba arma. Al ver llegar a los guardias, que se acercaban con precauciones y tras pedir refuerzos, se bajó del furgón y, según los servicios antiterroristas, les dijo mientras señalaba la furgoneta: "¡Soy de ETA... llevo una bomba ahí dentro!".
El vehículo fue rápidamente rodeado pero, minutos después, los agentes recibían la comunicación de que otra furgoneta se había salido de la carretera en un aparatoso accidente a un par de kilómetros de distancia, cerca de Noheda. Gorka Vidal, tras informar que llegaba desde Zaragoza y que se dirigía a Madrid, sugirió que podía ser su compañero Irkus Badillo Borde, de 25 años y también vizcaíno. Ambos son novatos, según indicaron mandos de la lucha antiterrorista, y "posiblemente éste fuera su primer encargo".
Accidente de tráfico
Badillo fue auxiliado por la Guardia Civil y por una ambulancia, que lo trasladó hacia un hospital de Cuenca, debido a que el supuesto terrorista se quejaba de dolores en el cuello. "Es curioso", dijeron anoche fuentes policiales, "porque a pesar de que Irkus iba en su propia furgoneta, llevaba sus papeles en regla, no estaba fichado y, además, no portaba ni armas ni explosivos, en la ambulancia les fue contando a los sanitarios que era de ETA y su peripecia. Podía haberse escaqueado". El etarra fue atendido y curado en el hospital, que lo dio de alta en poco tiempo.
El hecho de que Irkus Badillo viajara en su propia furgoneta ha llevado a los investigadores al convencimiento de que la pareja pretendía entrar ayer en Madrid, dejar la carga activada con el temporizador y huir anoche mismo en el vehículo. Ninguno de los dos tiene antecedentes policiales ni judiciales y únicamente se conoce su vinculación a la organización Segi.
Los agentes de Cañaveras abrieron la furgoneta y se llevaron las manos a la cabeza por la enorme carga. "Lo que hicieron fue, a partir de las cuatro o antes, ir puerta por puerta avisando a los vecinos de las casas más próximas y de la ruta de salida para que desalojaran como medida de precaución", indicaron miembros de la Guardia Civil. Los vecinos estuvieron agrupados en un colegio público por motivos de seguridad hasta mediodía de ayer.
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